La herida se mantuvo abierta durante semanas, de tal manera que el Real Zaragoza estuvo a punto de desangrarse llegando al 2018. Fue una derrota tan desagradable e inesperada la del 6 de noviembre en El Alcoraz que el equipo de Natxo González la arrastró durante semanas. Cinco meses después, la noche de vergüenza sigue presente en el zaragocismo. Lo admitió ayer su entrenador: «En el partido de Huesca nos fallamos a nosotros mismos y fallamos a toda la gente que está detrás. Por supuesto que no se olvida. Tenemos la oportunidad de volver a jugar contra ellos y la oportunidad de demostrar que el Zaragoza no es aquel equipo que jugó en El Alcoraz. Tenemos la opción de la revancha bien entendida. Ya hemos dicho varias veces que ese partido nos hizo daño y mañana (por hoy) tenemos la oportunidad de devolverles la moneda».

No ha sido una semana corriente en el Zaragoza, que no ha podido esconder que se enfrenta a un partido diferente, definitivo en algún sentido. «Desde mi posición he tratado de que sea normal la semana. No hace falta hacer hincapié, todos somos conscientes de qué tipo de partido es. Es el derbi, entramos en las nueve últimas jornadas… Pero desde mi punto de vista ha habido normalidad, aunque cada uno tiene en su mente que es un partido especial», dijo el entrenador zaragocista, que sabe que necesitará elevar el nivel de las últimas jornadas para derrumbar al Huesca: «Hay que hacer un partido bueno para poder ganar. Que sea más o menos vistoso importa menos, pero tendremos que hacer muchas cosas bien para ganar. El pasado sábado hicimos muchas cosas bien, aunque se pueda entrar en el debate de qué tipo de fútbol nos gusta más o menos. Pero lo importante es sumar los tres puntos, y más en este tramo».

Respecto al encuentro de la pasada semana, faltarán Grippo y Delmás por sanción. También Oliver Buff, que cayó lesionado en León junto a Alberto Benito. El lateral está «al 100%», según su técnico, que maneja alternativas para sustituir al suizo en el vértice alto del rombo: «Tenemos a Febas, a Papu..., podemos cambiar la disposición sobre el terreno».

Febas es el que tiene más minutos, el que modificaría menos una alineación en la que Guti, Zapater y Ros se juegan los dos puestos interiores por delante de Eguaras, con prioridad para los dos primeros. «Febas es consciente de que ha estado dos o tres semanas despistado, o distraído, o confundido. Cuando ocurren estas cosas, lo importante es volver a retomar lo que has perdido. Él es consciente y sabe que su rendimiento no ha sido el adecuado en las últimas semanas, pero creo que esto también nos permitirá ver al mejor Febas en el último tramo de la temporada», dijo Natxo González, que anunció que no hay temor a contrarrestar virtudes: «Nuestro punto débil también puede ser un punto fuerte. En Pamplona era un duelo a vida o muerte, a golpes, y en esos duelos a veces ganas y otras sales vencido. Pero estamos en un momento que tenemos que asumir riesgos porque nos estamos jugando mucho», explicó el técnico, que dejó entrever que Verdasca seguirá en el centro de la defensa porque es «el más distinto, el más rápido de los cuatro centrales que tenemos».

Por último, respecto al Huesca afirmó que «muchas cosas» le preocupan. «Ya ha demostrado durante todo el año el equipo que es. Es un equipo que domina muchos registros: es letal arriba, es rápido, tiene jugadores con capacidad de creación… Es un buen equipo, por eso ha estado arriba durante todo el año», concluyó el técnico zaragocista.