Resultará paradójico, pero una buena parte de las esperanzas de ascenso del Real Zaragoza recaen en un abogado, pero no en uno cualquiera. Juan de Dios Crespo es un viejo conocido del club aragonés y, si bien ahora es un gran aliado, en el pasado fue uno de los principales enemigos de la entidad.

El valenciano es una eminencia en derecho deportivo, uno de los mejores letrados del mundo, y ha asesorado a decenas de clubs y jugadores de talla mundial y eso implica haber tenido relación con el Zaragoza, aunque estaba al otro lado de la trinchera. Y en una muy profunda, ya que fue el abogado del Shakhtar Donetsk en el caso Matuzalem

En el 2007, el brasileño se acogió a una cláusula de la FIFA para rescindir su contrato, el club ucraniano demandó y se estableció un precio para el medio de 6,8 millones que ambas entidades (el Shakhtar defendido por Crespo) apelaron. Salieron ganando los ucranianos y se estipuló un pago de 11,8 millones más variables (alrededor de 13 en total), mientras que el Real Zaragoza pedía que el precio de Matuzalem fuera de 2,3 millones.

Más tarde, en el 2011, llegó el concurso de acreedores, Crespo siguió siendo el abogado del club ucraniano y el valenciano consiguió que la FIFA castigase a la entidad, pero la Ley Concursal amparó a los aragoneses ya que se encuentra por encima del derecho deportivo, e incluso llevó a la FIFA ante el TAS por incumplimiento. En el 2015 dejó el caso Matuzalem, pero siguió en el concurso, donde también representaba al Milan.

Cuando el club solicitó la prórroga de pagos del concurso, Crespo accedió con el Milan (algo que fue clave), pero no con el Shakhtar al ser uno de los principales acreedores del club. Su último episodio fue en el juicio del Levante-Zaragoza, donde defendía a tres jugadores del Levante más Bertolo y Leo Ponzio.