Lo mejor del estreno liguero del Real Zaragoza fue el resultado. En un choque marcado por el calor, ganó porque tuvo más pegada que un Tenerife aseado con el balón pero sin mordiente arriba y que, sobre todo en la primera parte, dominó al conjunto blanquillo, al que le bastó un fogonazo de Luis Suárez, sin duda el zaragocista más destacado, para irse con ventaja en el marcador al descanso. En la segunda mitad, el equipo de Víctor manejó bien los espacios al contragolpe, con Luis Suárez como potente referencia y sentenció ante un rival ya con diez en la recta final después de que el VAR viera dentro del área un derribo a Álex Blanco que el árbitro había sacado fuera.

El fútbol son goles y la eficacia es lo que cuenta a la hora de decidir los partidos. Bien lo sabe el Zaragoza desde el curso pasado, donde apenas logró dominar las dos áreas. Con algo de sufrimiento, con intervenciones de Cristian Álvarez y con la bisoñez en el último pase del enemigo, dejó su portería a cero, y demostró que tiene argumentos en ataque, sobre todo cuando Luis Suárez, todo un incordio, fue la referencia después de que Dwamena dejara más sombras que luces con el balón en los pies y Kagawa se quedara en detalles y mostrara la gasolina justa aún.

Este Zaragoza parece evidente que está hecho para golpear con espacios por delante y para sacar el puño. Así ganó al Tenerife y es un buen comienzo teniendo en cuenta que el calendario es amable en estas siete primeras jornadas. La Liga es larga, pero mejor ir acumulando puntos en el granero, sin duda.

Arrancó el Real Zaragoza con un 4-2-3-1 con Kagawa en la mediapunta y con otros cuatro fichajes más en el once, Vigaray, Atienza, Luis Suárez, escorado a la izquierda en ataque, y Dwamena como referencia. Y el partido empezó eléctrico, con un gran pase de Kagawa que dejó solo a Dwamena para que el disparo del ghanés se fuera desviado por muy poco.

Un sutil taconazo del japonés acto seguido fue el canto del cisne zaragocista, que empezó a ver cómo el balón era del Tenerife, que dominaba la medular con Aitor Sanz, Milla y un brillante Lasso para que Guti y Ros se vieran desbordados. Así, una subida de Luis Pérez que cabeceó Malbasic supuso la primera parada de Cristian, que tuvo otra tras un balón que el punta serbio ganó a la espalda de los centrales y que estrelló en el cuerpo del meta.

El Zaragoza, sin gobernar el pleito en el medio, sufría y Lasso tuvo la ocasión más clara, pero su disparo se marchó por muy poco con Cristian ya batido tras otra jugada de Malbasic. El Tenerife, bien trabajado en la presión y con buen trato de balón, aunque mal en los instantes finales, aún tuvo una última ocasión tras un robo a Javi Ros que Milla definió de la peor manera antes de que el Zaragoza comenzara a despertar en la recta final del primer acto, justo después de la pausa por el fuerte calor en este mediado agosto.

Un envío de Soro tras toque de Kagawa propició el primer remate de Luis Suárez, al que se le veía poco en el carril zurdo, pero que sí apareció para acabar con un fuerte disparo raso un envío de Cristian que Dwamena peleó con Alberto y que Soro supo atrapar entre líneas para darle un medido pase al punta colombiano, que no falló.

Así se llegó al descanso y después Víctor ajustó piezas. Soro, de menos a más en el choque, pasó desde la derecha al medio junto a Guti y Ros para tratar de reducir la superioridad del rival en esa zona. El cambio dio resultado y Dwamena tuvo otras dos ocasiones mal resueltas por el delantero. Aún dio una vuelta de tuerca más el técnico con la entrada en el interior de Lasure, que devolvió a Soro a su lugar original y dejó a Dwamena en el banquillo buscando con Lasu frenar las subidas de Luis Pérez, incansable en el lateral. El cambio dejó a Luis Suárez como referencia y el colombiano creció mucho desde entonces en el partido.

Así, exhibió potencia en un balón al espacio que acabó en el despeje de Ortolá y después Carlos Ruiz sacó bajo palos el tiro de Lasure y Kagawa no supo cómo remachar. Un disparo de Milla entre una nube de piernas y dos desatenciones tras sendos saques de esquina trajeron el susto a La Romareda, pero el Zaragoza, con un Guti cada vez más entonado, recuperó el pulso. Un mal remate de Luis Suárez a pase de Soro y un intento de chilena de Nieto tras una falta de Kagawa dejaron claro que el Zaragoza quería más. Carlos Ruiz, revolucionado y sin sitio en el eje, vio dos amarillas en diez minutos y el partido se acabó con el penalti que pitó el VAR sobre Álex Blanco y que Ros transformó para enseñar que este Zaragoza empieza golpeando con puño de hierro.