Pasó un calvario hace unos años y regresó al terreno de juego. Por si fuera poco, con la camiseta blanquilla y el león en el pecho. Y ahora lleva casi otro año en el dique seco, pero Zapater mantiene la llama muy viva todavía. Tras un largo y sufrido proceso de recuperación había luz al final del túnel, pero el coronavirus la alejó unos meses más, por lo que la espera se hace casi eterna para el ejeano. Pero de nuevo se aviva la esperanza para el centrocampista, ya que la rodilla está respondiendo bien y la vuelta de la competición se acerca.

“Cada día para mí es disfrutar. Disfrutar entrenando, cuidándome y poniéndome las botas”, afirmó Zapater, que también reconoció que el parón por el coronavirus le perjudicó. “Era volver a parar, pero he estado haciendo todo lo posible. Cuando paró todo llevaba dos entrenamientos con el equipo y era lo que necesitaba, tener ese contacto con los compañeros, hacer cosas improvisadas y competir, aun sabiendo que ellos estaban a un ritmo muy alto comparado con el mío”, resumió.

Ahora quiere regresar a ese momento de volver a entrenar todos juntos para probarse, para ver qué tal se encuentra y enfrentarse a las diferentes situaciones que el contacto con el balón y con el resto de la plantilla provoca. “Tengo esas ganas e incertidumbre de verme con los compañeros, pero estoy contento”, resaltó.

De todos modos, es consciente de que queda camino por recorrer y de que esta lesión en el tendón rotuliano le va a acompañar hasta su último día como profesional: “Las lesiones más que olvidarlas hay que recordarlas y tengo que estar en el día a día con ella. Tengo mis protocolos que tengo que hacer antes y después de cada entrenamiento, aunque ahora se complican algo más porque tengo que calentar en mi casa y es complicado, los que sean padres lo entenderán. De aquí a que me retire tendrá que ser así con la rodilla. Tengo una motivación por seguir sabiendo que tengo que hacer una serie de cosas con la rodilla y a ver cómo responde”, subrayó.

El capitán aseguró también que “desde LaLiga están intentando todo lo posible para jugar, que es lo que todos queremos, poner nuestro granito de arena”, y también mostró cierta incertidumbre sobre cómo regresará el Real Zaragoza a la competición, más que nada por el extraordinario nivel que estaba mostrando antes del parón y por jugar a puerta cerrada: “Estábamos en un momento muy bueno, con una dinámica y un estado de ánimo, con lo importante que eso es en el fútbol. Ahora empieza una nueva temporada con cinco puntos más pero con el contra de no jugar con nuestra gente, algo que a otros equipos no les va a penalizar tanto porque no iba tanta gente al estadio. En el nuestro había un ambiente de Primera”, destacó. Además, añadió que para lograr el objetivo del ascenso habrá que ser “todavía más profesional” porque en estos once partidos “nos jugamos la vida” y será difícil jugar cada pocos días.

De momento, al menos “ya te ves las caras con la gente” y, aunque no se tiene “ese trato humano ni el día a día en el vestuario”, estar cerca de los compañeros en el césped “motiva e ilusiona”, aunque en el apartado físico Zapater pide prudencia: “La gente puede pensar que rn verano también hemos llegado a tener tantas vacaciones, pero el futbolista se mueve, va con los amigos, está en la piscina, anda, nada, hace actividades, juega al pádel… Hay que tener precaución”, finalizó.