El Zaragoza utiliza una combinación distinta de centrales cada dos partidos. Hasta once parejas -o tríos- diferentes han formado en el once inicial del conjunto aragonés en los 23 encuentros que se han disputado hasta el momento, lo que evidencia la inestabilidad en una zona determinante para un equipo.

Álex Muñoz y Grippo fue la pareja elegida por Imanol Idiakez para comenzar la Liga. Con Verdasca como improvisado mediocentro defensivo, este dúo tuvo continuidad hasta la cuarta jornada, en Oviedo. Allí, tras un balance de una victoria y dos empates, Idiakez, que ya había recuperado a Zapater, devolvió a Verdasca a su posición natural junto a Grippo, lo que relegó a Álex Muñoz a la suplencia.

El suizo perdería el sitio tres jornadas después y Perone tomó el relevo. En apenas siete jornadas, el entrenador vasco ya había utilizado a los cuatro centrales de la primera plantilla. Aunque quedaba una combinación por probar. Verdasca y Álex Muñoz eran los únicos que no habían coincidido, pero no tardarían en hacerlo. Fue en la décima jornada ante el Tenerife, el último partido de Idiakez.

Desde entonces, multitud de cambios. Lucas Alcaraz eligió en principio a Grippo y Verdasca, pero apenas duraron dos partidos. En Tarragona, el técnico granadino recurrió ya a los tres centrales, formación que ya no abandonaría. Primero formó con Verdasca, Perone y Nieto -que no había jugado ahí en toda su carrera- y la victoria en Tarragona le hizo repetir ante el Mallorca en casa. Luego el recolocado fue Delmás, que jugó junto a Perone y Muñoz ante el Alcorcón; con Perone y Nieto en La Romareda frente al Cádiz; y acompañado por Muñoz y Verdasca ante el Córdoba, en la primera ocasión en la que el Zaragoza era capaz de dejar la portería a cero (0-0) desde la cuarta jornada.

La llegada de Guitián para cubrir la baja de Grippo, lesionado de gravedad ante el Granada, llevó a Alcaraz a acometer el enésimo cambio en defensa. En esta ocasión, el trío elegido fue el formado por el propio jugador cántabro, Verdasca y Nieto. Fue en Riazor (3-1), en el último partido del entrenador andaluz con el Zaragoza.

Ya avisó Víctor Fernández nada más ser presentado. «Mi equipo se parecerá muy poco al que habéis visto hasta ahora», dijo. Así fue. El zaragozano suprimió los tres centrales y dispuso una línea defensiva con Álex Muñoz y Guitián en el centro de la defensa y esa ha sido la combinación utilizada durante más partidos de forma consecutiva en toda la temporada. Porque Víctor no la cambió hasta el pasado viernes, cuando rescató a Verdasca en lugar de Muñoz. Eso sí, Guitián es intocable. De hecho, el cántabro lo ha jugado todo desde que fichó. Solo él y James no se han perdido un minuto desde que llegó Víctor.