Se hace muy complicado en un solo artículo describir lo que ha significado Avelino Chaves para su Real Zaragoza. No voy a ser exagerado si asevero que sin él posiblemente la historia del club no hubiese sido la misma por su extremada influencia a nivel deportivo con una gran toma de decisiones en materia de fichajes que ha hecho grande al equipo de su alma. Avelino, que llegó al Real Zaragoza para destacar como un gran goleador, acabó retirándose prematuramente por una grave lesión, pero tres años después (1963), en una de sus mejores decisiones como presidente, Waldo Marco lo recuperó para la secretaría técnica.

A partir de ese momento, 33 años de numerosos aciertos en fichajes con muy pocos recursos económicos y casi ningún medio audiovisual como hoy en día tienen los técnicos de cualquier club por modesto que sea. Con una enorme dosis de discreción, sus fichajes se hacían públicos en el momento de la presentación del futbolista evitando, como buen gallego, que cualquier filtración pudiera encarecer o hasta romper las negociaciones por el futbolista. Posiblemente, si no hubiese sido por su valentía al solicitar mi cesión al Sabadell ahora mismo no estaría delante de un ordenador escribiendo unas palabras en su memoria.

No cabrían en este articulo los nombres de los futbolistas que de su mano aterrizaron con éxito a orillas del Ebro. La mayoría eran apuestas personales vistas en los numerosos viajes que hizo con tanto sigilo. Casi todos eran auténticos desconocidos que dieron su mejor versión en el Real Zaragoza y que el propio club rentabilizó con posteriores traspasos. Compartí seis años con Avelino (1990-96) donde cohabitó con Víctor Fernández en la mejor época del zaragocismo. Siempre presto a dar los mejores consejos y visualizar en el vestuario lo que ocurriría después en el césped. Se nos ha ido uno de los más grandes de la historia del Real Zaragoza en uno los peores momentos del club de su vida. Descansa en paz.