Joaquín Cortizo, lateral derecho del Zaragoza de los Magníficos, falleció ayer en Jaén a los 85 años. Nacido en Ribadavia (Orense) el 4 de octubre de 1932, hizo grande su carrera en el Zaragoza, donde jugó ocho años, desde 1958 a 1966, con 197 partidos oficiales y tres títulos, dos Copas del Generalísmo y una de Ferias en un equipo mítico, de leyenda, que entró en la historia y en el corazón del zaragocismo. El club mostró sus condolencias y ha solicitado hacer un minuto de silencio y llevar brazaletes negros ante el Barça mañana. Cortizo, que se retiró en el Jaén, ciudad en la que se casó y residía, padecía cáncer de intestino y llevaba cinco años luchando contra esa enfermedad.

«A Zaragoza la quiero más que nada en el mundo. Para mí es muy importante y tengo muchas ganas de ir al Pilar. Lo que pasa es que estoy fastidiadillo y casi no puedo ir a ningún lado. Me llamaron del club para que fuera a algún acto, pero tuve una enfermedad de intestino hace cuatro años y estoy aquí luchando», señaló en una entrevista a este diario el 16 de mayo del 2016.

Cortizo comenzó su carrera deportiva en el Celta, pero fue en el Zaragoza donde tomó un relumbrón absoluto. Llegó al club blanquillo de la mano de Ángel García Muniesa, vicepresidente y máximo responsable de la comisión deportiva, en 1958 y vio el proceso de formación casi completo de Los Magníficos: «Vi cómo iban llegando todos: Lapetra, Villa, Santos, Marcelino, Canario... Teníamos un equipo impresionante. Para mí el mejor era Lapetra, con mucha diferencia».

24 PARTIDOS DE SANCIÓN

Desde el carril derecho, a Cortizo le costó tomar el rol de titular absoluto, pero lo logró desde la temporada 61-62, aunque en sus dos últimos cursos de zaragocista jugó algo menos. Se marchó en 1966 tras la conquista de su segunda Copa del Generalísimo. Jaén fue su destino y solo dos temporadas después colgó las botas. En el club andaluz fue también entrenador, secretario técnico y presidente. Además, se dedicó al negocio de la construcción.

Al margen de su presencia en aquel glorioso equipo, la historia del fútbol español tiene un lugar destacado para Cortizo por los 24 partidos con los que fue castigado por una entrada donde acabó lesionado Collar (Atlético) el 27 de diciembre de 1964, la mayor sanción puesta en España. «Mi intención no era hacerle daño. Es que yo a él no lo toqué, saqué la pelota limpiamente», aseguró en esa entrevista. De hecho, el árbitro no lo expulsó.