El fichaje de Kagawa por el Real Zaragoza va más allá del plano deportivo. Se abre ahora un nuevo escenario en el club pero también en la ciudad, como anunció Víctor. Desde el mediodía de ayer, Zaragoza ha irrumpido con fuerza en Japón, donde el nuevo jugador del conjunto aragonés es más que un ídolo. Kagawa es referencia, espejo e icono. Palabras mayores. Algo sagrado. Su llegada a tierras aragonesas situarán a Zaragoza en un mundo del que lleva años apartado. Ayer, el descomunal impacto mediático llevó a la ciudad y al club a la primera plana de medios nacionales e internacionales, pero, sobre todo, la noticia causó furor en Asia, donde la repercusión fue impresionante.

Pero eso solo es el principio. El fichaje del internacional japonés aumentará notablemente la presencia de medios interesados en seguir la actualidad zaragocista y es de esperar que la propagación del fenómeno tenga también repercusión en las acreditaciones en La Romareda.

Pero la llegada del mediapunta va mucho más allá de su extraordinario alcance mediático. Porque supone el alumbramiento de un nuevo modelo de club. De hecho, solo esta nueva concepción ha hecho posible una incorporación inalcanzable para el Real Zaragoza. Y más todavía en su actual situación económica.

DE LA UTOPÍA A LA REALIDAD

Porque Kagawa, que ayer ya entrenó con sus nuevos compañeros, no es viable para el Zaragoza en condiciones normales. Y es ahí donde entra en escena ese novedoso modelo en el que una agencia de representación de futbolistas, AC Talent, ha jugado un papel esencial. Determinante. Decisivo. La empresa de Arturo Canales, a la que pertenece el mediapunta japonés, ha hecho posible este movimiento. Pedro Herrera, amigo de Canales y trabajador de la agencia, fue el que puso en marcha el mecanismo que derivó en la llegada de Kagawa a orillas del Ebro.

La ayuda del exjugador del Zaragoza y padre de Ander viene siendo habitual en los últimos tiempos. Su colaboración, de hecho, ha sido esencial en numerosas negociaciones desde que Víctor Fernández, del que es amigo íntimo, se hizo con las riendas del equipo. Pedro Herrera, que fue secretario técnico del club aragonés durante 18 años, es una figura clave en el actual Zaragoza.

También su hijo Ander ha contribuido a que se hiciera posible el milagro. El futbolista del París Saint Germain se ha encargado de convencer al jugador y de hablarle del proyecto. Sabe Kagawa que el corazón de Ander es zaragocista y su deseo de retirarse en el equipo aragonés y también de entrar a formar parte de la Sociedad Anónima. De hecho, Ander ha querido ayudar al club en forma de una inversión que ha estado cerca de cristalizar. Hubo negociaciones para que Ander y el también exzaragocista César Sánchez lideraran, con Canales como nexo de unión entre ellos, una aportación de capital que en ningún caso hubiera sido superior a los dos millones de euros, pero al final no hubo acuerdo. Aunque la puerta no está cerrada.

Todo esto se enmarca en un escenario en el que César Alierta, el accionista mayoritario, pretende incorporar en el futuro a una empresa de intermediación con el objetivo de acometer una necesaria profesionalización del club y dotarle de una mayor ambición. El ejemplo de este tipo de funcionamiento obliga a señalar a Jorge Mendes, el representante que controla el Wolverhampton o el Sporting de Braga portugués de forma directa y otros más indirectamente. La senda está marcada. Nuevo modelo. Nueva era. Nuevo Zaragoza.