«Solo firmamos jugadores que hemos visto en directo». La frase la han recibido varios agentes de futbolistas que han ofrecido tras una conversación telefónica o a través del correo electrónico y otras vías de mensajería a jugadores, también para el primer equipo pero sobre todo para el filial, a la dirección deportiva que encabeza Lalo Arantegui. Es decir, el Zaragoza no va a incorporar a ningún refuerzo del que solo tengan referencias videográficas o de terceros, algo que ya supone un cambio claro con respecto a otras épocas en el club aragonés.

La declaración de intenciones es tajante y tanto Arantegui, como el secretario técnico, José María Barba, quieren llevarla a rajatabla. Del jugador que llegue tendrá que haber una referencia directa y visual de algún miembro de una secretaría técnica donde también está Javi Suárez, si bien este último ha sido el entrenador del filial en los últimos meses, aunque ahora vuelve a ese puesto, ya que el banquillo del Deportivo Aragón está destinado en principio la próxima temporada para el regreso de César Láinez, ahora técnico del primer equipo, en cuanto renueve su contrato, un acuerdo que se presume como seguro, ya que Láinez conoce desde hace semanas la predisposición de la entidad a esa renovación y él también desea seguir en la SAD.

El caso es que la reducida secretaría técnica del Zaragoza, que no tiene nada que ver con la red de ojeadores que pueda manejar por ejemplo cualquier club de Primera, por no hablar de los grandes, del Madrid o del Barça, ha marcado esa clara premisa.

Limitación de recursos

Lógicamente, la limitación de recursos en la secretaría técnicapuede suponer un hándicap. Pero tanto Lalo como Barba, que ya hicieron tándem antes en el Huesca, lo tienen claro. Y no se van a basar solo en referencias externas para incorporar a un jugador. En este sentido, tanto Arantegui como Barba no escatiman tiempo ni kilómetros a la hora de hacer un seguimiento exhaustivo a algunos jugadores, algo que también hacía Ángel Martín González, exdirector deportivo del Zaragoza, el primero en la actual etapa de la Fundación 2032, y ahora en el Oviedo.

Un buen ejemplo es el georgiano Giorgi Papunashvili, un jugador con el que el Zaragoza negocia con el Dinamo Tbilisi para su fichaje, ya que le queda un año de contrato con ese club. En principio, en pocos días, la próxima semana, se podría concretar ese refuerzo para el conjunto aragonés.

El extremo, que ya estaba en la agenda de Barba, fue ofrecido y tanto Arantegui como el secretario técnico viajaron a primeros de mayo a Georgia para verlo. Para eso y para, una vez convencidos de que la apuesta por el futbolista de 21 años es segura, convencerle de que fiche por el Zaragoza. De hecho, el deseo del extremo zurdo de venir a La Romareda, ganado en aquel viaje de mayo a su país, es la gran baza del club aragonés para lograr su fichaje ante el interés también del Vitesse holandés y del Krylia Sovetov ruso.

Hasta el momento, el Zaragoza tiene cerrados los fichajes del central Simone Grippo, procedente del Vaduz y al que Arantegui conoce bien, los laterales de Reus Ángel Martínez y Alberto Benito y el centrocampista del Mirandés Íñigo Eguaras. Teniendo en cuenta que al primer equipo han subido los canteranos Raí, Delmás, Lasure, Pombo y Zalaya, al Zaragoza le restan al menos seis fichajes más por hacer, aunque también la cifra dependerá de las salidas en la importante revolución que se va a hacer. También habrá muchos cambios en el filial. Eso sí, todos los que lleguen lo harán con un visto bueno directo y visual.