El Heliodoro Rodríguez López marca el final de una temporada espantosa para el Real Zaragoza y para el zaragocismo, un curso que empezó con el sueño del ascenso, tornado en pesadilla con la amenaza del terrible descenso a Segunda B. La llegada de Víctor Fernández fue la llave maestra para enderezar el rumbo de la nave y ahora es el asidero de la ilusión para el club y para la afición, con las mismas ganas que la plantilla de echar el telón a una campaña insufrible y salvada por los pelos tres jornadas antes de que la competición acabara para evitar una mayor agonía, que ya de por sí se hizo eterna.

Víctor anunció el viernes una «reconstrucción masiva» en la plantilla, un cambio que está lejos de los retoques planeados por la dirección deportiva. En ese sentido, el partido de esta tarde en el Heliodoro, intrascendente a casi todos los efectos, supone lógicamente un punto final y también desprende un claro aroma de despedidas, ya que es seguro que jugadores como Marc Gual o Dorado no van a seguir y más que probable que tampoco lo hagan otros como Alberto Benito, Pombo, Verdasca o Soro, pieza codiciada este último para arreglar el déficit de caja del Zaragoza si James Igbekeme tiene el rol de casi intransferible que le ha colocado Víctor Fernández y que le ha admitido, de momento, el club. A Álvaro Vázquez, otro que hace las maletas, una sanción por ver ante el Numancia la quinta amarilla le va a impedir despedirse en el césped.

Anunció también el entrenador zaragocista que el once de inicio tendrá cinco o seis novedades con respecto al duelo, también intrascendente y finalizado en tablas, ante el Numancia, Mantendrá a Ratón, de inapelable suplencia a la sombra de Cristian Álvarez pero de excelente predisposición, bajo palos y por la alineación apuntan a asomar Alberto Benito, Lasure, Eguaras, Pombo o Marc Gual, algunos de ellos, queda dicho, quizá por última vez haciéndose la clásica fotografía antes del partido con el equipo posando.

El entrenador zaragozano citó ayer a última hora a Jesús Álvarez en lugar de Álex Muñoz, que arrastra molestias y al que ya se le ha señalado como un jugador con todos los boletos comprados para salir este verano. También han viajado a Tenerife Torras y el portero Sergio García, que sería el que se quedaría en la grada en la lista de 19, salvo que el técnico decida que sea Cristian Álvarez el que no se vista y premiar así al meta del filial. Guitián y James Igbekeme, por lesión, y Papunashvili, por estar con Georgia, son las otras bajas para este epílogo liguero en la isla.

El partido, además, se presenta contra un rival que también ha vivido un curso durísimo y que abrazó la salvación hace solo unos días, después de que en Tenerife se temieran lo peor y aterrizara Luis César Sampedro con la manguera de bombero con solo cuatro jornadas por delante. El técnico gallego ha cumplido con el objetivo, pero en su caso eso no le va a servir para seguir en ese banquillo. Se trata de dos equipos que tienen un potencial mayor del que han enseñado y en un partido donde se pone en juego solo el orgullo clasificatorio.

205.000 EUROS

En todo caso, el Zaragoza debe exigirse al menos cerrar la temporada con una dulce sonrisa de victoria, con un tímido sabor a azúcar después de la amargura que le ha acompañado en el paladar de forma prácticamente habitual a lo largo de los casi diez meses de competición desde que el balón echó a rodar en agosto. El otro aliciente es la posición final. Tras los resultados de ayer y teniendo en cuenta que el Numancia-LasPalmas se disputa hoy, el Zaragoza, en caso de victoria, puede aspirar a subir hasta tres plazas y podría verse adelantado si pierde y gana el cuadro soriano. Es decir, su horquilla va del duodécimo puesto al decimosexto. Traducido en dinero televisivo, 205.000 euros.

Al igual que hará Víctor, Luis César adelantó que habrá numerosos cambios en la alineación blanquiazul y citó al canterano Javi Alonso. Uno de los alicientes del partido por el lado chicharrero será la posibilidad de ver con el primer equipo a algunos jugadores del filial, que ya quedó eliminado de la fase de ascenso a Segunda División B. El choque estará marcado, además, por las protestas que han convocado varios colectivos de aficionados contra la gestión del presidente, Miguel Concepción, y su equipo directivo. Despedidas, anuncios de cambios y enfados con la directiva, algo similar a lo que vive el Zaragoza, que acaba hoy. Y que también comienza hoy.