Ya van tres victorias y dos empates. Así marcha el Sporting de Gijón, invicto, desde que José Alberto López cambiara la caseta del filial por la del primer equipo para suplir a Rubén Baraja como técnico de los mayores. Fue a mediados de noviembre y la escuadra miraba entonces hacia abajo, al abismo de los puestos de Segunda B. A día de hoy, se asoman al playoff, a seis puntos del sexto clasificado. Además, a ese arreón liguero hay que sumar el empate ante el Eibar en la Copa del Rey que permitió a los rojiblancos pasar de ronda. Su recuperación, pues, va ligada, sea casualmente o causalmente, a un tipo de la casa. Una opción en el Sporting, la de elegir como entrenador a uno de los suyos, de amplio recorrido en su historia.

El último fue Abelardo. Casualidades del fútbol, el histórico defensa de la escuela de Mareo inició su carrera como técnico para sustituir a Ramón Sandoval en mayo del 2014 con tres victorias y dos empates, resultados que permitieron al equipo meterse en la promoción de ascenso. No logró subir ese año aunque sí al siguiente, cuando alcanzó el subcampeonato de la Segunda División. Se mantuvo como entrenador del Sporting hasta enero del 2017, cuando dejó el cargo con el equipo decimoctavo en la Liga. Desde entonces, tres preparadores foráneos -Rubí, Paco Herrera, y Rubén Baraja- pasaron antes de que José Alberto se hiciera cargo de la plantilla.

Distinta suerte vivió, dos años previos a la llegada de Abelardo, Manolo Sánchez. Como el pitu, también dejó de entrenar al filial para centrarse en el primer equipo. Lo hizo en el mes de mayo del 2012, con solo 35 años, para sustituir a Javier Clemente. Sin embargo, los malos resultados del club -decimoséptimo en Segunda División, con 8 puntos en nueve jornadas- llevaron a su destitución en octubre de ese mismo año.

Más lejos hay que remontarse en las postrimerías de la primera década del siglo XXI para encontrar a un entrenador del Sporting surgido de su seno. Habría que salvar el breve paso de dos partidos en el 2012, antes de la llegada de Clemente, de Iñaki Tejada, preparador vasco surgido de la Escuela de Entrenadores de Asturias.

Pero, sobre todo, destaca el lapso de 232 partidos, desde la temporada 2006-2007 hasta la 2010-2011, en la que el dueño de la caseta de El Molinón fue uno de fuera, cántabro, que acabó ganándose a la familia sportinguista. Casi -o sin el casi- como si fuera de su seno. No es otro que el histórico Manolo Preciado.

De ahí y hasta el año 2000, cinco entrenadores y todos vinculados con fuerza al club, ya sea como exjugadores, como técnicos formados allí o ambas cosas. Ciriaco Cano lo hizo en la 2005-2006 (dirigió también al equipo en los 90 y en el 2000). Antes que él, otro nombre grande se fraguó en Mareo, el de Marcelino García Toral, que entrenó a la escuadra dos temporadas. Para terminar, dos figuras asociadas a la historia del Sporting completan esta lista hasta el año 2000, Pepe Acebal y Antonio Maceda.

El Sporting vuelve a mirar en su seno. El Zaragoza, también. Víctor y José Alberto se enfrentan hoy. Experiencia y juventud, pero de la casa.