Tanto Javi Suárez como David Generelo saben lo que es formarse en el filial del Real Zaragoza, crecer futbolísticamente en los campos de la Ciudad Deportiva y llegar al primer equipo. Ahora, ha llegado la hora de transmitir su experiencia y madurez adquiridas con el paso del tiempo en la enseñanza de aquellos futbolistas que se encuentran en la antesala de la primera plantilla.

Suárez será el primer entrenador y Generelo su ayudante. Paradójicamente, para el primero será su primera experiencia en los banquillos, ya que procede de la secretaría técnica del club, donde desempeñaba labores de búsqueda y seguimiento de futbolistas. El caso de Generelo es bien distinto, ya que dirigió la temporada pasada al Real Oviedo en 13 partidos. La primera temporada de Javi Suárez en el Real Zaragoza B fue en la temporada 94-95 y compartía vestuario con Cuartero o César Láinez. En posteriores campañas también coincidió con Lalo Arantegui, actual director deportivo del Real Zaragoza, y con otros futbolistas conocidos como Fernando Soriano o Luis Helguera, entre otros. Su debut con el primer equipo fue en el Vicente Calderón y disputó ocho minutos en febrero de 1998.

Tras su experiencia en el Real Oviedo, Generelo prefiere ahora volver a su casa, el Real Zaragoza, y al fútbol formativo para seguir adquiriendo conceptos que le permitan mejorar como entrenador. «Empecé la casa por el tejado, hay que comenzar los cimientos desde la base y quiero aprender de Javi Suárez, trabajar juntos y hacer las cosas bien», asegura el pacense.

Doble reto

La promoción de César Láinez para ser el técnico del primer equipo dejó un vacío que será ocupado por Suárez y Generelo, quienes ayer tuvieron su primera toma de contacto con la que será su nueva plantilla. Ante sí tienen un doble reto. El primero es el ascenso a Segunda B y, el segundo, formar futbolistas para que, más pronto que tarde, puedan dar el salto al primer equipo.

La situación en la tabla es muy cómoda para el Deportivo Aragón, ya que es líder destacado con 17 puntos de ventaja con respecto al Ejea, el Tarazona y el Utebo. Por ello, los ocho partidos que restan para finalizar la Liga regular suponen un trámite para pulir conceptos y preparar a los jugadores tanto para el playoff de ascenso a Segunda B, como para el primer equipo.

Sin embargo, el mayor reto es este último. «Queremos ayudar a los chicos a que sigan progresando, reinvindicándose en cada entrenamiento para que así Láinez pueda contar con ellos», afirma Suárez. Por ello es un reto «para disfrutar de los chavales hasta junio y que afrontamos desde la ilusión», añade.

Para el nuevo entrenador del Deportivo Aragón, «el objetivo de cada jugador tiene que ser subir al primer equipo, pero deben estar preparados. Creo que ahora la distancia entre el primer equipo y el filial está más próxima que nunca y eso tienen que aprovecharlo», sentencia.

Eso sí, de momento el proyecto es a corto plazo, hasta que finalice la temporada. «No podemos pensar más allá de junio. Tanto Láinez como nosotros estamos centrados hasta junio», recalca. Así, la meta es que lleguen arriba los máximos jugadores posibles: «Dos, mejor que uno, y si son tres, mejor que dos».

Ante sí tienen un reto tan complicado como ilusionante. Más de una vez la cantera ha salvado al primer equipo en materia deportiva y económica, y nadie mejor que un jugador criado en la Ciudad Deportiva para pelear por el Real Zaragoza. Esa es, desde ya, su principal tarea.