Decía esta semana Borja Bastón que no sabía explicar muy bien por qué La Romareda es un estadio de los que gusta. No le pasa solo a él, ahora con más razón cuando está de su lado, sino a muchos de los futbolistas que históricamente han pisado su césped. Para bien o para mal, el coliseo aragonés ha dejado indiferentes a pocos, aunque ahora el proceso creciente es el primero. Tras el lustro largo de pitos, broncas y palabras gruesas, de la negra sombra de Agapito, el cambio ha devuelto al estadio luz propia, para algunos desconocida.

Es el caso de muchos recién llegados, que no imaginaban la atmósfera que se puede generar en el campo, con esa sonoridad tan especial. Casi todos se quedaron boquiabiertos en el estreno ante Osasuna y pronto han entendido, claro, que puede ser un factor clave. Más allá, decisivo. La fuerza de La Romareda entra en juego de nuevo.

Inciden los jugadores ahora en la importancia de la grada, una vez conocida la fuerza que es capaz de desprender. Ya lo dijo Ruiz de Galarreta hace días. "La afición ha estado de diez, incluso después de encajar goles que nos han supuesto no ganar. Si se mantiene así, los rivales sentirán la presión".

El domingo

En una línea similar habló Javi Álamo, quizá el único que ha escuchado algún silbido esta temporada. No encuentra queja, sin embargo. "Ojalá el ambiente siga siendo como hasta ahora. La afición está respondiendo bien y apoya a los jugadores. Además, después de las victorias que hemos logrado, nuestros seguidores vendrán con ganas e ilusión, al igual que nosotros, y seguro que ante el Mallorca habrá un buen ambiente el domingo".

Sin quitarse el traje de Alejandro, aún sobre el césped, habló ayer también José Manuel Fernández, que cree en el efecto rebote de los triunfos. "Estamos trabajando toda la semana para llegar al domingo bien y dejar los tres puntos en La Romareda. Sería muy importante conseguir tres victorias consecutivas porque la gente se engancharía aún más y al equipo, sobre todo, le vendría muy bien".

Fue parecido el discurso de Leandro Cabrera, que ha encontrado un inesperado asiento como titular en la banda izquierda. "Da gusto jugar de local con tanta gente y apoyando en todo momento. Esperamos que esa sea la dinámica de todo el año, ayudados también por los buenos resultados".

Después de las victorias frente al Alavés y el Llagostera, el objetivo de la tercera victoria se ve como una rampa de lanzamiento para un equipo que le ha costado arrancar, por las circunstancias propias del verano y su reconstrucción. "Va a ser un partido muy importante. Encadenar tres victorias nos colocaría muy bien en la tabla y, además, jugando de local hay que salir a ganar siempre", dijo ayer Cabrera, que calificó de peligroso" el partido ante el Mallorca. "Es cierto que recibe muchos goles, pero también los ha marcado. Es un partido trampa, no tenemos que confiarnos". Coincidió con él Fernández, que tampoco se fía. "La clasificación es engañosa ahora mismo. El Mallorca tiene un equipo buenísimo y aquí vendrá a ganar".