El fútbol en Lorca parece estar maldito. En la Ciudad del Sol ningún club ha conseguido echar raíces sobre esta tierra de dulce clima mediterráneo. Las desacertadas gestiones en los despachos, acompañadas de descensos administrativos y grandes cargas de deudas han propiciado que Lorca sea un territorio donde el fútbol se ha convertido en un deporte de extrema fragilidad. Más de una decena de equipos han pasado por la memoria y las gargantas de varias generaciones lorquinas, una ciudad que ahora late por partida doble gracias al Lorca FC y al CF Lorca Deportiva.

Desde 1920 hasta la época actual se han sucedido una concatenación de clubs con una vida relativamente corta, fruto de ambiciosos proyectos sobre el papel que quedaban diluidos bajo un prototipo de gestión ruinosa donde se aboga por gastar más de lo que se tiene. El nombre de Lorca ha ido acompañándose de un sin fin de siglas, desde el Lorca Club de Fútbol, uno de los precursores, el Unión Deportiva Lorca o el Lorca Promesas CF. Tras muchos años de proyectos ahogados por su propia ambición llegó La Hoya Lorca, un club diferente a los de hasta entonces. Ubicado en La Hoya, un pueblo de las pedanías del municipio alejado de la ciudad y bautizado como el brócoli mecánico. Nombre que surgió por aquella llamativa equipación con estampados de brócolis que dio la vuelta al mundo. Una camiseta rompedora impulsada por su expresidente Luis Jiménez, un magnate de este vegetal. Un suceso que puso a Lorca en el mapa, antes de la llegada del capital asiático.

Xu Genbao aterrizó en tierras murcianas junto a Bin Wang, su inseparable traductor, el pasado verano para certificar la compra del club por cerca de 1 millón de euros. Un proceso de venta tan bizarro como el propio comprador. El millonario asiático buscaba invertir en un club saneado y que, por muy chocante que parezca, que estuviera cerca de la costa. Sus creencias se guían por el sistema filosófico taoísta del feng shui, lo que le incita a estar próximo al mar, por las buenas vibraciones que trae. Con todas las acciones bajo su poder renombró el club como Lorca Fútbol Club. Al año devolvería al futbol lorquino a la categoría de plata, después de una década, ya que este fue el tercer ascenso a Segunda de un equipo de este ciudad.

El pionero fue el CF Lorca Deportiva en los 80. Treinta años más tarde se volvería a repetir la gesta, pero bajo la denominación de Lorca Deportiva CF y las instrucciones de un joven Unai Emery. Aquel equipo se sigue recordando por sus bares, con fotos de aquellas temporadas doradas. Ahora la ciudad vuelve a latir tras muchos años de ausencia gracias a la inversión de un empresario chino que también fue jugador y seleccionador de China. Xu Genbao es toda una institución en su país, ya que es el único personaje que tiene dos Ligas y tres ascensos a Primera División en su palmarés, además de haber creado su propio equipo de fútbol, el Shanghai Dongya.

Este panorama convierte a un equipo sin historia, totalmente hueco, en el máximo exponente del fútbol en Lorca, aunque muchos aficionados no se sienten identificados con él por su origen fuera de la ciudad y por el capital chino que lo rodea. Y es que hay otro Lorca en Segunda B que pretende englobar todo el sentimiento que dejó aquel glorioso conjunto de Unai Emery bajo las mismas siglas. Un proyecto respaldado por el conocido empresario Quique Pina, que ansía volver a catapultar un club hacia la élite como ya hiciera con el Ciudad de Murcia, el Granada o el Cádiz. Este empresario tiene un objetivo, hacer que el Lorca que dirige y asesora acabe en la máxima categoría, aunque para ello debe sobreponerse al equipo de Xu Genbao.

Quique Pina ya intentó que ambos clubs se fusionaran este verano para tener así un solo club que pudiera aspirar a cuotas más altas. Por el momento, el proyecto unificador del Lorca en otras nuevas siglas está pendiente de evolución. Son dos grandes gallos en un corral muy pequeño y con una escasa masa social para ser dividida. Xu Genbao ha estado cerca de vender el club en dos ocasiones a lo largo de este verano, pero finalmente no ocurrió nada, convirtiéndose así en un equipo de presente en Segunda, pero de mañana incierto. Las gestiones en los despachos pueden abrir otro capítulo dentro de esta interminable saga futbolística. El fútbol en Lorca es como el cristal, altamente delicado si se trata con descuido.