Vuelve a rodar el balón al fin tras mejorar la crisis sanitaria pero esta nueva normalidad, eufemismo ya instalado en la sociedad, trae consigo cambios. Y no solo en la sociedad, sino también en el fútbol. Son unas alteraciones de las que, evidentemente, el Real Zaragoza no es ajeno. El club aragonés está preparado para acoger en La Romareda esta noche el primer partido postpandemia.

El principal cambio, la ausencia más importante, será la falta de público. 30.000 gargantas que no podrán dar su aliento, al menos de viva voz y en directo, una falta que afecta con especial incidencia al conjunto blanquillo. De todos modos, los jugadores del Real Zaragoza sí escucharán a su hinchada. La entidad hizo pruebas con cánticos grabados previamente, un sonido ambiente, y los pondrá durante el juego para simular la presencia de aficionados. Eso sí, por normativa de LaLiga, el sonido no podrá superar los 80 decibelios.

De las miles de personas que habitualmente se encuentran en La Romareda en las horas de partido se va a reducir al personal mínimo imprescindible, alrededor de 250 personas, que es el máximo permitido. Ese número corresponde principalmente a jugadores, cuerpos técnicos, personal de organización y seguridad, sanitarios, directivos, medios de comunicación, speaker y miembros de la realización televisiva, para que el duelo se pueda ver a través de la pequeña pantalla.

Medidas estrictas

De todos modos, hay salvedades y todos ellos deberán cumplir una serie de normas estrictas y preestablecidas para garantizar al máximo la seguridad de todas las personas. Los equipos tienen una hora de llegada prefijada y deberán pasar, como mínimo, cinco minutos entre cada uno de ellos. Primero arribarán los árbitros, posteriormente el Alcorcón y, por el último, el Real Zaragoza. Todos, hasta el momento de saltar al césped, deberán llevar mascarilla y guantes y pasar un control de temperatura.

Los jugadores que no estén jugando ocuparán el banquillo y parte de la grada, pero manteniendo la distancia de seguridad y con mascarilla y guantes obligatoriamente también. En el caso de los entrenadores no es obligatorio que lleven mascarilla durante el duelo, pero algunos, a título individual, han decidido ponérsela.

Los fotógrafos trabajarán desde una esquina de la grada, también con guantes, mascarilla y con distancia, con lugares prefijados, lo mismo que sucederá con los pocos periodistas a los que se les permite la entrada. Cada persona que entre al estadio, salvo los jugadores, recibirá un kit que contiene un gel desinfectacte, unos guantes y una mascarilla y deberá pasar un control de temperatura. Además, también habrá recogepelotas, pero solamente cuatro, menos de los habituales.

David García, speaker de la entidad, estará en el campo y realizará su trabajo habitual a pesar de la falta de público. Es decir, pondrá música en el calentamiento, informará de las alineaciones, cambios o tiempos de descuento, pondrá el himno y el sonido ambiente. En cuanto al palco, se permiten diez directivos del conjunto local y seis del visitante, pero habrá más de 16 personas en el palco ya que otros miembros del club pueden estar ahí sin ser directivos como tales. Por ejemplo, el director deportivo Lalo Arantegui o Javi Ros, que se encuentra lesionado y sin ficha y no puede ser convocado.

Por último, las convocatorias pueden ser de hasta 23 jugadores, en lugar de 18, y podrá haber hasta cinco cambios, pero deberán hacerse en tres tandas. El descanso, por ejemplo, no cuenta al no haber interrupción. Además, se elimina el pasamanos, la rueda de prensa de los técnicos será telemática, sin acceso a la sala de prensa de los periodistas, y hoy, al no ser televisado a través de Gol o #Vamos, no habrá declaraciones de protagonistas sobre el césped justo tras el pitido final. Muchos cambios y un nuevo fútbol, pero con la esencia de siempre: once contra once, un balón, meter un gol más que el rival y ganar.