La situación límite a la que se ha llegado con Hacienda solo es otra consecuencia, una de las peores, del legado de Agapito Iglesias, que cae como una pesada losa sobre el actual Real Zaragoza y que, como otras cosas, ya sea el lastre económico, la investigación por el presunto amaño del partido ante el Levante o las causas judiciales del pasado, le impiden centrarse solo en el balón, en el fútbol. La Agencia Tributaria le exige el pago inmediato por requerimiento de apremio de 25 millones de euros, lo que sitúa al club al borde de la liquidación salvo que medie un calendario al que el fisco se ha negado de forma sistemática. En medio de ese drama, salpicado con más declaraciones ante la Fiscalía Anticorrupción, otro asunto que amenaza la estabilidad del club, recibe el Zaragoza al Racing, un enemigo también histórico y sumido en infinidad de problemas fruto de una mala gestión, allí de Francisco Pernía y Ángel Lavín, y que ahora tampoco encuentra salida al callejón de Hacienda. Dos rivales, pues, de recientes vidas paralelas.

Entre todas esas sombras en el futuro del Zaragoza llega el partido, donde antes, a las 17.30 horas, hay convocada una concentración convocada por las peñas zaragocistas exigiendo igualdad en el trato con Hacienda. El balón rodará 45 minutos después, porque al menos de momento el Zaragoza se mantiene en competición oficial. Y lo cierto es que es en lo estrictamente deportivo donde ve el panorama más claro. De hecho, una victoria ante el Racing le hará dormir esta noche en zona de promoción de ascenso. Ha habido dudas y sombras, todavía anda muy ofuscado en la generación de juego y con problemas por resolver, pero el Zaragoza de Víctor, que no sabe lo que es perder en La Romareda (dos victorias y dos empates), acumula cinco jornadas sin caer, en las que ha sido el mejor equipo de Segunda, con 11 puntos de 15 posibles.

Llega, además, después de dar un buen nivel en Lugo, donde empató a última hora por los errores arbitrales y por su propia flojera en el tramo final, que le hizo encajar dos goles y acumular algunos fallos defensivos. Pero en el Ángel Carro ratificó que este equipo que ha esamblado en tiempo récord el hoy sancionado Víctor compite bien, es intenso --las recuperaciones de balón y las faltas lo refrendan-- y que tiene una mentalidad fuerte, además de una gran pegada, con Borja en racha (5 goles) y con el respaldo de Willian José y de Eldin. Necesita poco para marcar, una estupenda noticia.

DOS CAMBIOS Queda dicho que jugar, juega poquito al fútbol. O mucho menos que otros. Y hoy contará con la baja por sanción de Galarreta, quien más sentido le debe dar al fútbol del equipo. Tierno, al que Víctor le dio mucha cancha el año pasado y que ha estado inédito en Liga --solo jugó en Copa--, será su sustituto. Es lo lógico, porque se parece mucho más a Galarreta que Lolo y Diogo. Cabrera, tras su viaje por un juicio en Montevideo, volverá al carril zurdo tras comprobar en Lugo que Rico no llega al nivel del uruguayo. El resto serán los mismos, un once reconocible ya, porque lo que funciona se suele tocar poco. Eso está, al menos, en el manual de los buenos entrenadores.

El Racing de Paco Fernández retorna a Segunda en medio de un calvario en el que ha visto peligrar aún más que el Zaragoza su existencia. Hasta ahí le llevaron los Pernía, Ali Syed, Lavín... Ahora trata de ver la luz con una ampliación de capital, con un terrible problema sin solventar con Hacienda, similar pero de menor cuantía que el del Zaragoza, y con el Tuto Sañudo, un histórico allí, como presidente.

EL RACING, A MÁS Y tras un mal comienzo, con 4 derrotas, ha sumado 8 puntos en las cuatro siguientes citas, donde no ha vuelto a perder. Llega a La Romareda con el pulso a la categoría cogido, con tres partidos sin encajar goles, y sin Mario, su portero titular, al que reemplazará Raúl Fernández. Tampoco estará por lesión Bernardo. Y no podrá jugar por contrato Adán Pérez, cedido allí por el Zaragoza, aunque sin esa cláusula del miedo también habría sido más que difícil que lo hiciera, porque solo ha disputado 15 minutos.