Lo reconoció el propio Gonzalo Villar este lunes en una entrevista con Miguel Quintana y lo contó este diario el 21 de mayo del 2018, cuando habló del fuerte interés que tenía Lalo Arantegui por el centrocampista que ahora ha firmado por la Roma hasta el 2024 y que estuvo a un paso de llegar al Zaragoza para complementar la medular junto a Eguaras. “Estuve sentado comiendo con Lalo Arantegui. Antes de ir al Elche estuve a punto de firmar por el Zaragoza", aseguró el centrocampista murciano, que añadió: “Fui a ver el 'playoff' entre el Zaragoza y el Numancia (9 de junio de ese año) como un zaragocista más. Era secreto, no se lo he contado a nadie. Mi hermano pequeño, el mayor, mi padre y yo estábamos en La Romareda celebrando el gol del empate y, con el tanto de Diamanka para el Numancia, se cayó el estadio, volví a Murcia y al final salió lo del Elche”, relató el futbolista.

Gonzalo Villar, una de las grandes promesas del Valencia, era el elegido para reforzar la medular zaragocista, tanto en caso de permanencia en Segunda, como al final pasó, como si se hubiera ascendido. Un centrocampista mixto, con capacidad en la salida de balón y con despliegue, que puede jugar de 8 y de 6. Para Lalo era el gran objetivo en ese 2018. El futbolista murciano, entonces con solo 20 años, ya había debutado en un amistoso con el Valencia de Marcelino y el técnico asturiano lo tenía en sus favoritos para meterle en dinámica de primer equipo en breve, pero en ningún caso el club le podía asegurar plaza en el Valencia que llegó a Champions y el jugador no quería renovar. El problema estaba en su contrato, ya que el futbolista y sus agentes consideraban que acababa el 30 de junio del 2018, y el club hacía valer que había una cláusula de renovación automática por un año más.

Gonzalo Villar estaba decidido ya a fichar por el Zaragoza con la carta de libertad, lo que habría sido un golpe de acierto brutal, pero el Valencia activó ese año más y la complejidad de la operación hizo que el club aragonés, tras esperar un tiempo prudencial para ver si los representantes del futbolista solucionaban el embrollo del contrato, mirara hacia otro sitio. El club selló el fichaje de James Igbekeme y, sobre todo, a mediados de junio renovaba a Javi Ros, que acababa contrato el 30 de ese mes.

Al final el Valencia hizo valer ese año de contrato y el 9 de julio se hizo oficial su traspaso al Elche, pero con unas condiciones que ya auguraban que el club de Mestalla sabía que no podía regalar al jugador. Se guardó un 80% de sus derechos económicos y un derecho de tanteo para igualar la mejor oferta que tuviera el club ilicitano. Su primera temporada en el Elche, la 18-19, estuvo marcada por una grave lesión de rodilla que le hizo perderse casi cinco meses de competición entre enero y mayo, pero en la actual explotó para que llegara su fichaje en enero por la Roma, por cinco millones, de los que cuatro fueron al Valencia, que aún tiene un 15% del jugador, y un contrato hasta el 2024 a razón de 1,2 millones por temporada para este centrocampista que Lalo tuvo prácticamente cerrado para el Zaragoza.