El Real Zaragoza llega a Los Pajaritos de Soria (16.00 h.), donde le esperan lluvia y frío, con un gran golpe por dar. Hasta hace poco era impensable, y así lo reconoce Natxo González, jugar este choque con tan poca distancia con el playoff, pero la estupenda reacción del equipo en esta segunda vuelta, con 16 puntos de 21, ha posibilitado afrontar el denominado derbi del Moncayo, de confraternización de aficionados y bastante menos entre clubs, a solo cuatro puntos del conjunto soriano, que marca la sexta y última plaza de la promoción. Tras tres victorias consecutivas, ante Lugo, Nástic y Oviedo, firmar hoy el póquer supondría dar un puñetazo encima de la mesa y quedar a las puertas de la promoción.

Restan 14 jornadas, 42 puntos en total, y la reacción zaragocista le ha llevado a olvidarse de cualquier temor de descenso y a pensar en que la promoción es una meta factible. Así lo denotan tanto los resultados como las sensaciones de un equipo que ha encontrado un camino, por fin tras muchos vaivenes, y que se muestra en disposición de asaltar la zona noble tras muchas jornadas, todas las disputadas, caminando por los bajos fondos ligueros. Baste decir que no ha pasado de la décima posición en toda la Liga. Y ahora es undécimo.

En ese camino encontrado figura un rombo con Eguaras como faro del juego que se ha consolidado como dibujo de cabecera para Natxo González, por fin fortalecido por los resultados tras bordear el abismo de la destitución no hace demasiado, aunque siempre con la firme confianza de Lalo Arantegui en él. Esa confianza y el trabajo han dado frutos y el Zaragoza, con un once bastante definido tras una primera vuelta con demasiados vaivenes tácticos y de nombres, camina con sobriedad y es eficaz en las dos áreas. En la del rival, con 9 jornadas seguidas marcando, y en la suya propia, con 7 de los últimos 13 partidos sin encajar.

Sí recibió una diana ante el Oviedo, a última hora y que no impidió ganar en un partido convincente a un aspirante a la promoción. Hoy, ante otro y con 2.000 zaragocistas en la grada, el reto es dar un paso de gigante y que el sueño de retornar a Primera se vea más cercano cuando no hace mucho estaba a años luz.

BUFF, ÚNICA NOVEDAD

El entrenador zaragocista, en ese camino encontrado en el once, solo moverá una pieza, ya que Febas entró en la lista pero llega muy justo por sus molestias en el abdomen tras el golpe que sufrió ante el Oviedo. Buff jugará de inicio y el técnico ya le mandó ayer un aviso de que espera que su nivel sea alto también como titular, no solo como revulsivo, donde estuvo notable ante Lugo y Oviedo. Será la única novedad en un bloque ahora sí muy definido.

El suizo jugará como cabeza de un rombo donde el trabajo de Zapater y el despliegue de Guti permiten que Eguaras brille. Mientras, Borja aspira a continuar en Soria su racha de tres encuentros seguidos marcando, una vez olvidado el peligro de sanción por su gesto en Tarragona. No es el mejor sitio Los Pajaritos para la gesta, por lo menos por los precedentes del Zaragoza, ya que nunca ganó en Segunda -solo en Primera, en la 99-00-, ni tampoco lo invita a pensar la fortaleza de local de los de Jagoba Arrasate.

DIFÍCIL ASALTO

En casa, el Numancia es muy sólido con 10 victorias, un empate (Rayo) y dos derrotas (Granada y Nástic) y 31 de 39 puntos. Viene el equipo soriano de un flojo partido en Albacete y recupera a Escassi y a Guillermo. No contará con jugadores importantes como Julio Álvarez, Diamanka o Luis Valcarce y Arrasate duda si jugar con dos puntas o hacerlo solo con Manu del Moral, rejuvenecido y decisivo. El rival no lo pondrá fácil, pero el momento es el ideal para dar un sonoro golpe en Segunda, donde ya muchos temen la reacción del gigante zaragocista. Hoy la tiene que confirmar a lo grande.