--Estuvo dos años y medio en el Zaragoza y ahora lo encuentra como rival. ¿Cómo lo afronta?

--En lo personal claro que es especial, pero cuando empieza el partido hay que dejar todos los sentimientos aparte y mentalizarte en ganar, porque para los dos equipos es muy importante hacerlo.

--¿Ha hablado con algunos de sus excompañeros aquí?

--No aún. No creo que lo hagamos esta semana al ser un poco especial, pero sí que tengo mucho contacto con Ros, con Eguaras, con 'Zapa', con Cristian... He dejado muchos amigos allí

--Poco más de un año hace de su salida en enero del 2020.

--Sí. Decidí irme por mí y por mi carrera, porque en el Zaragoza nunca me pidieron que lo hiciera. En el Oviedo me dieron esa oportunidad de jugar, con un contrato que en verano podía ser de dos años más, como así fue. Y visto cómo salió todo, creo que la decisión fue la correcta en un año que aquí en Oviedo ha sido muy intenso, con la pandemia y con lo que el equipo sufrió para lograr la permanencia, algo que logramos trabajando muy bien.

--Lo que no logró el Zaragoza fue subir el curso pasado. ¿Cómo lo vivió desde la distancia?

--Me sorprendió, claro. Cuando yo dejo el Zaragoza y en el mes siguiente, la dinámica era para subir, el equipo estaba lanzado, era segundo y todo iba rodado. Se había creado una ligazón con la afición muy fuerte y la dinámica era claramente ganadora. La pandemia, el parón, la falta de público... Todo eso afectó al Zaragoza, no sé hasta cuánto porque ya no estaba ahí, pero está claro que fue un problema importante y que cortó una trayectoria que era buena.

--Usted viene con el Oviedo tras el parón del curso pasado y ganan por 2-4 en un partido terrible del Zaragoza.

--Sí. Ese partido fue muy importante para los dos. Para nosotros era a vida o muerte y lo afrontamos muy bien. El Zaragoza ya estaba en una situación complicada, aunque aún llegó al 'playoff' y no le salió bien. Me dolió que no subieran. Mucho, la verdad.

--Esta temporada también está siendo muy difícil para el Zaragoza. Llegó a ir penúltimo.

--Pero la plantilla que tenía en verano no era para estar penúltimo. Al revés. Veo un grupo muy competente, bien reforzado en enero, aunque el fútbol tiene estas cosas. Arrancas en una línea mala y te cuesta salir, pero jugador por jugador veo un Zaragoza de mucho nivel y estoy convencido de que van a salir de abajo. De hecho, ya lo han empezado a hacer, ahora tienen más aire que hace dos meses a pesar de la última derrota.

--El director deportivo que le fichó a usted, Lalo Arantegui, salió en diciembre por esa crisis.

--Hace tiempo que no hablo con él, pero siempre he tenido muy buena relación y le agradezco todo lo que hizo por mí. Me dio la oportunidad de jugar en España, ya que para un suizo no es fácil venir aquí. Tiene mérito para mí su labor en el Zaragoza. Borja iglesias, Luis Suárez, Cristian... Los traspasos de Soro o Guti que supusieron buenas cifras... Si se hace un balance global, su trabajo es muy positivo. Es verdad que cuando dejó el equipo la situación no era fácil, pero si él hubiera seguido yo estoy seguro de que el Zaragoza tenía también la capacidad para revertir la situación.

--¿Qué le queda de sus dos años y medio en el Zaragoza?

--Es una parte importante de mi carrera y tiene un sitio especial en mi corazón. Este club me trajo a España, viví momentos intensos, sentí el cariño de la gente y también hubo días negativos, pero muchos más bonitos y positivos.

--En la 18-19, la entidad le renovó tras su lesión.

--Fue un gran gesto del club, que no es tan habitual, pero también me lo había ganado en el campo porque en esa temporada me faltaban pocos partidos para renovar automáticamente. Creo que la nuestra fue una gran relación por las dos partes, yo dejé siempre todo en el campo y ellos se comportaron muy bien conmigo, no puedo tener queja alguna.

--¿Ve al Zaragoza sufriendo por la salvación hasta el final?

--Espero que no, Y lo deseo. Confío en que se salven lo antes posible y espero que tampoco nos hagan sufrir a nosotros. Espero que lo dos lo logremos.

--¿Cuál es su quiniela del descenso en este curso?

--Una en la que ni Zaragoza ni Oviedo acaban bajando. Eso al menos creo que pasará. Pero en el fútbol no hay que esperar las cosas sino hacerlas trabajando mucho. Hay que ganar partidos, pero pienso que se salvarán los dos.

--En todo caso, el duelo de este domingo es directo. Ustedes solo tienen cinco puntos más que el Zaragoza, que está a uno del descenso a Segunda B.

--Es indudable. Esta Segunda es muy igualada y todo va por rachas. Nosotros hemos tenido un mes y medio más complicado, pero los dos últimos partidos nos han dado confianza y yo creo que vamos a salir pronto de ahí abajo. En Fuenlabrada perdimos una gran ocasión de alejarnos más de esa zona de peligro, pero confío mucho en este Oviedo y en que somos un equipo muy incómodo para cualquier rival.

--El domingo se enfrentan dos de los dos equipos que más sufren a balón parado. A usted como central le dolerá eso.

--Sí, eso dicen los datos, pero no tiene que ver solo con la defensa. En la estrategia defienden todos y es una cuestión de concentración y responsabilidad. Nosotros vamos a mejorar en esa faceta seguro, pero también aviso que somos uno de los mejores equipos en la estrategia ofensiva.

--Le queda un año en el Oviedo y tiene 32. ¿Por dónde pasa el futuro de Simone Grippo?

--Es difícil en el fútbol moderno hacer planes, pero mi familia y yo estamos muy contentos en España, así que por ahora nuestro plan pasa por seguir aquí.

--¿Qué sentirá cuando el Zaragoza logre retornar a Primera?

--Una alegría inmensa por toda la gente de Zaragoza que lleva tantos años esperando eso. No pudo ser cuando estuve ahí, pero ojalá suceda lo más pronto posible, igual que para el Oviedo.