Si hay una diferencia respecto a los años anteriores es que el Real Zaragoza no ha llegado a esta pretemporada con una docena larga de caras desconocidas. Insisten los futbolistas en que la familia que se ha formado será importante para afrontar el reto que se ha planteado, el mismo de los últimos años. “Hay mucha continuidad. Somos una familia, eso no cambia. Eso es positivo. Lo importante es que mantengamos esta conexión que hemos tenido con la ciudad y con la gente. Somos conscientes de que la afición quiere más. Quedamos terceros el año pasado y esperan algo importante, es normal», dijo Simone Grippo ayer en su comparecencia ante la prensa.

El suizo, que restó importancia a que la pretemporada haya comenzado con tantas adversidades en forma de lesiones, sabe perfectamente lo que le espera al Zaragoza esta temporada. «Somos conscientes de que, con los equipos que han bajado, la Segunda División va a ser aún más complicada esta vez. Pero somos el Real Zaragoza, no un equipo pequeño. Somos el club más grande de Segunda División y tenemos que pensar que este va a ser el año bueno».