El grupo de empresarios aragoneses que lidera Mariano Casasnovas está desde hace días en la recta final de una negociación de transacción de acciones con Agapito Iglesias que espera culminar con la firma definitiva a principios de la próxima semana. El acuerdo con el empresario soriano, tal y como se reconoce dentro del grupo, está ultimado y en él se establece que el actual dueño del Zaragoza no percibiría de momento ninguna cantidad por la mayor parte de su paquete accionarial, que ronda el 94%, si bien se quedaría con un 1%, las que tiene a título personal el dueño de la SAD. Este grupo ejercerá de transición momentánea para la entrada de un capital mayor, que será extranjero, a través de un fondo inversor, y que todavía no está decidido, dentro de un periodo aún no establecido. Eso sí, el grupo permanecerá en la entidad, en el consejo de administración, aunque entre ellos también podría salir el presidente, si bien la idea es que sea un zaragocista representativo. Alberto Belsué se barajó, pero aún no se ha hablado con él, si bien responde al perfil buscado.

En ese periodo de transición, ese grupo de empresarios, que aún no tiene un número fijo y en el que ha habido cambios, será el que mantenga viva la SAD, que necesita hasta el 30 de junio una inyección económica para hacer frente a pagos --Hacienda, fichas de jugadores, otras deudas...-- que en su totalidad serían entre 7 y 9 millones.

TRES MILLONES De esa cantidad hay partes más negociables y algunos previsiones cifran en 5 lo que necesita el club de manera inminente. Según los datos de este grupo de empresarios hacen falta unos 3 millones ahora y el resto que esté a disposición del club para mantenerlo con vida en este periodo de transición. Algunas fuentes lo cifran en hasta tres años. En principio sería menor, un año como máximo.

Como se sabe desde el primer día, la entrada de este grupo supondrá que Cuartero y Checa puedan conservar un puesto en el club. Casasnovas, que tiene una inmobiliaria y negocios relacionados con el vino, ha ejercido de aglutinador del grupo, que ha tenido cambios en su composición en las últimas semanas, y hasta cierto punto de portavoz oficioso, mientras que la labor de Luis Oliver no está tan clara. El entorno de Oliver asegura que está en la transacción y que entraría como asesor deportivo, sin participar en el desembolso, pero el grupo de empresarios niega cualquier relación con él.

Desde ese grupo, heterogéneo, pero compuesto en su mayoría por empresarios de la construcción, aunque también los hay ligados al mundo de la moda o a los toros, ya se ha puesto a disposición de Agapito ese aval de hasta ocho millones para los pagos más urgentes, si bien el soriano no vería ahora nada de ese dinero. Por un lado, está el auto del juez Francisco Picazo, que le obliga a depositar en el tribunal el dinero que pueda ingresar por la venta de su paquete accionarial. Agapito ha recurrido ese auto lo que ha ralentizado el proceso de la transacción, pendiente de lo que decida el juez.

Además, las acciones de una SAD con 113 millones de euros de deuda más otros 42 en impuestos diferidos solo pueden costar una cantidad simbólica o nula --el valor nominal de esas acciones ronda los dos millones--. Agapito sí podría percibir una cantidad posterior, en función del posible comprador o fondo que llegue o del rendimiento deportivo, si se logra un ascenso. Hay que recordar que las acciones de Agapito están a nombre de la sociedad Zaragoza Sport Arena XXI, cuyos socios principales son las sociedades Agapito Iglesias García SL y Clipasodes, dos de las tres empresas que Agapito ha puesto a disposición del juez para la fianza.