-De nuevo se ha puesto la cosa interesante. Los resultados de los rivales directos han devuelto la distancia a los cinco puntos sobre el tercero a falta de 21 por disputarse. ¿Lo esperaban?

-Estamos en una buena situación y donde todo el mundo quería, pero ya estamos pensando únicamente en el partido del lunes, que es el más importante de toda la temporada. Por eso hay que afrontarlo en las mejores condiciones y en ello estamos. Sería importantísimo distanciarnos aún más del Huesca después de que todo se diera de cara la última jornada. Hay que ganar y aumentar esa diferencia.

-¿Hubo dudas tras la derrota ante el Almería en La Romareda?

-Aquella caída nos sentó mal, estábamos de bajón. El equipo venía de ganar en Lugo y queríamos aumentar la distancia que nos separaba del Almería, pero no fue así y nos llevamos un duro golpe. Sin embargo, fuimos capaces de darle la vuelta a la situación y el encuentro ante el Extremadura fue un puñetazo encima de la mesa. Estábamos confiados en lograr la victoria y la verdad es que la jornada se dio de lujo para nosotros.

-¿Han sacado conclusiones sobre las dos derrotas en casa tras el parón?

-En La Romareda, al no tener a nuestra afición, nos cuesta bastante más porque es complicado. Estamos acostumbrados a jugar delante de miles de personas y ahora es difícil que nos concentremos tanto sin disponer de esa motivación extra que nos otorga nuestra gente. Se nota, claro que se nota que no están, pero no es excusa porque le pasa a todos los equipos y hay que acostumbrarse a ello. Han sido dos partidos malos y espero que no se vuelvan a repetir. Al menos, el equipo se está encontrando muy confiado y motivado fuera de casa.

-¿Cree que el Zaragoza ha sido el más perjudicado por el parón por ese vacío escénico?

-Al final, la afición hace mucho. No es lo mismo jugar en Alcorcón, con pocos aficionados en las gradas, que en La Romareda, con más de 25.000 cada partido. Se nota bastante, pero estamos todos en la misma situación. Leí que quizá podría haber gente en los estadios en los últimos partidos, algo que para nosotros sería vital. Tenemos muchas ganas de que la afición esté con nosotros cuanto antes. Sabemos que nos están apoyando y alentando sin parar y notamos su fuerza, pero nos gustaría tenerles más cerca. Les echamos mucho de menos, como ellos a nosotros.

-Lo positivo es que el equipo ha sido capaz de sobreponerse a esos mazazos sufridos en La Romareda. Solo se encajaron dos derrotas consecutivas una vez, y fue allá por octubre.

-La confianza que tenemos en el vestuario es vital y esa complicidad con el compañero de al lado se transmite en el campo y hace que las cosas salgan por sí solas. Nos creemos que este es el año, el equipo está muy unido y dispuesto a lograr el objetivo y hacer realidad el sueño del ascenso.

-La irrupción de Dani Torres en Almendralejo le desplazó a usted hacia el interior. ¿Cómo acogió el cambio?

-Yo me adapto a lo que me piden y a lo que quiere el entrenador. Ese sistema me gusta y me encuentro cómodo porque con Dani todo es más fácil. Al ser tan trabajador te hace correr menos y eso es importante para mí. Además, el Extremadura presiona mucho arriba y eso crea espacios atrás, lo que nos benefició. Salió todo redondo.

-Con gol suyo incluido. Y van cinco. ¿Se esperaba semejante aportación ofensiva?

-La verdad es que me estoy acostumbrando y me estoy encontrando muy a gusto. Es también mérito del míster, que me da su confianza, y de los compañeros, que me ayudan mucho. Estoy contento porque son una cifra buena para un centrocampista con llegada y, sobre todo, porque es positivo para el equipo. Pero no me conformo. Espero marcar más goles de aquí al final.

-Primera remontada del curso. Ya tocaba.

-Pero debemos mejorar los primeros minutos de los partidos. Contra el Alcorcón estuvimos bien pero hasta el minuto 60, cuando llegó el golpe. Tenemos que centrarnos en no encajar gol y dejar la portería a cero porque, cuando el rival se adelanta es complicado remontar.

-¿Hay ganas de revancha con el Huesca?

-Sí, lo admito. Se notan las ganas de revancha y de devolverles lo que no pudimos hacer bien en El Alcoraz. Ahora tenemos una nueva oportunidad de demostrar que aquí estamos y dejarlos aún más distanciados.

-¿Cree que una victoria del Zaragoza descartaría al Huesca como rival para el ascenso directo?

-Visto lo visto, no sabría decirle si un triunfo sería definitivo o no. Pero es verdad que daríamos un pasito más y que ganar sería medio ascenso. Muy mal tendríamos que hacer las cosas para que no salieran, pero ya le digo que cada partido es un mundo y que no podemos bajar los brazos.

-Quedaría el Almería, que ha decidido cambiar de entrenador a falta de siete partidos. ¿Qué le parece?

-No pienso en los demás, solo en mi equipo. Aunque quizá un cambio de entrenador ahora puede perjudicar. O puede que no y sea beneficioso. Ya veremos. Pero tengo la impresión de que tanto cambio de técnico puede provocar que al equipo le cueste más y eso para nosotros es mucho mejor.

-¿También mira al primero o solo al tercero?

-Miro solo al Zaragoza y me centro en ganar el mayor número posible de partidos para estar lo más arriba que podamos. Al primero, eso sí, hay que mirarlo siempre porque apenas nos separa un punto, pero ante todo debemos centrarnos en ascender directos y, si se puede quedar primeros, mucho mejor. De momento, a ganar al Huesca.

-¿Sueña?

-Lo llevo haciendo desde hace tiempo, pero ahora quiero centrarme solo en el partido del lunes. Porque está bien soñar pero te puedes llevar otra vez un duro golpe.

-¿Cuántas veces se ha imaginado el momento?

-Lo hablo mucho con mi familia, mi novia y mis amigos. La gente lleva muchos años sufriendo en Segunda y este club y esta ciudad se merecen ascender. Y conseguirlo sería hacer historia, un privilegio para gente de aquí como yo. Un sueño hecho realidad.

-Con la de cosas extrañas y la gran cantidad de obstáculos que está teniendo que superar el equipo, la conquista adquiriría carácter de gesta…

-Ha sido un shock. Han pasado cosas surrealistas, pero lo bueno es que la salud de todos está bien. Estamos en una buena dinámica y en una posición privilegiada y hay que quedarse con eso. Se trata de sacar lo positivo y las cosas están saliendo de cara.

-¿Cómo llevó el confinamiento?

-Sinceramente, bien. Junto a mi familia y con mi novia siempre apoyándome. Todos ellos me sacan siempre una sonrisa, también en los momentos más delicados y difíciles.

-No parece haberle afectado demasiado en el aspecto físico. Aparenta encontrarse un punto físico superior a la media.

-El equipo en general está trabajando muy bien y no solo es cosa de un jugador. Si estoy bien físicamente es porque mis compañeros me ayudan. Todos estamos bien, pero no podemos bajar los brazos de ningún modo. Aún tengo muchas cosas que mejorar.

-Dígame alguna.

-Me falta algo de velocidad, pero eso es más complicado de conseguir. Y más acierto con el gol aunque ahora lo estoy teniendo.

-Tiene contrato hasta el 2023, con una cláusula de 10 millones en Segunda y 20 en Primera. Cada vez es seguido más de cerca por clubs importantes. ¿Cómo afronta el futuro?

-Escucho muchas cosas, pero yo solo pienso en el Zaragoza y en cumplir un sueño del que estamos cerca. Subir a Primera es lo más cercano pero jugar con el Zaragoza en Primera sería un sueño y lo quiero cumplir.

-¿Se esperaba una explosión así esta temporada?

-Todo trabajo tiene su recompensa y yo llevo mucho tiempo esforzándome para que las cosas salgan bien. Pero aún puedo dar más y no me pienso poner techo. Ni esperaba nada mi esperaré nada mañana. Simplemente, no me pongo techo.

-Haga una promesa si se logra el ascenso.

-No prometo nada. No me gustan las promesas. Solo le digo a la gente que siga soñando. Vamos a centrarnos en el partido del lunes y, cuando el ascenso esté logrado, hablaremos de promesas.