Fue un pilar básico en el Zaragoza que opositó al ascenso la pasada campaña, pero una traicionera pubalgia se cruzó en su camino y lo echó todo a perder. Iba a ser su temporada. La de la explosión y consagración definitiva. La del asalto a Primera. Y él estaba llamado a ser, de nuevo, importante. Pero esa lesión le ha mantenido más fuera que dentro a lo largo de toda la campaña. Apenas ha participado en trece partidos hasta la fecha y solo en media docena ha sido titular. El pasado sábado, en Almendralejo, volvió a serlo después de cuatro meses plagados de complicaciones y una búsqueda incesante de la forma adecuada para competir. Al fin, parece que todo acabó.

«Ya no siento dolor y me encuentro bien físicamente. Estoy cogiendo el ritmo y me siento con más confianza y contento», admitió ayer el canterano, que afirma haber aprendido del calvario. «Este año me he dado cuenta de que las lesiones son muy puñeteras y hay que tener la máxima tranquilidad del mundo y hacer bien tu trabajo para poder estar bien», indicó.

Tampoco al equipo le ha ido bien sin él. Ni mucho menos. «Ha sido una temporada complicada, pero espero poder cerrarla de la mejor forma posible y seguro que entonces lo veremos todo de otro modo», subrayó.

Para ello se impone derrotar mañana al Sporting, lo que otorgaría virtualmente la permanencia. «Todo el mundo sabe que este partido es importante, además en casa, con nuestra gente que se merece una victoria. Queremos dar un golpe sobre la mesa y poder respirar con tranquilidad», apuntó el aragonés.

Guti espera un choque «complicado» ya que el Sporting apura sus opciones de alcanzar los playoff, aunque el centrocampista confía en dar continuidad a la versión expuesta en Almendralejo. «Ante el Extremadura el equipo hizo un partido perfecto de principio a fin, sacamos la victoria y no encajamos, que es lo mas importante. Ahora hay que tratar de continuar en esa línea y así llegarán los resultados», afirmó el jugador zaragocista.