Ayer, en La Romareda, se vivió uno de esos encuentros donde la agonía tomó el timón y condujo la contienda por un mar de inestabilidad, imprecisiones y sufrimiento. Un estado que siempre llega cuando hay mucho en juego, cuando las necesidades ahogan a ambos equipos. Entre las dudas, el marcador ajustado y un final a prueba de marcapasos acabó venciendo la praxis más eficiente; la del gol. «Lo que se suele decir en estos casos, ha sido un partido de moneda al aire. Ha podido pasar cualquier cosa, pero hemos ganado», comentó Natxo González.

El técnico logró la victoria que tanto ha ansiado a lo largo de la presente semana. Un triunfo que tenía todos los matices de final, pese a ser en enero, por la cercanía del Real Zaragoza con el descenso y el estatus de equipo de zona de descenso que actualmente caracteriza al Córdoba. Pese al contexto guerrillero que condecoraba a la cita, el conjunto de Natxo González consiguió dejar los puntos a buen recaudo en su territorio: «A todos nos hubiera gustado poder haber llegado más tranquilos al final, pero creo que hemos generado bastantes ocasiones y ese es el camino que debemos de seguir. A partir de ahí solo queda trabajar más en el día a día», explicó el preparador.

El dominio blanquiazul en cuanto a aproximaciones, sobre todo en el primer tramo, se fue difuminando de forma progresiva hasta desembocar en una partido repleto de anarquía. Era el Zaragoza el que gozaba de más aproximaciones cargadas con un mayor peligro, pero también las llegadas de los califas trajeron el silencio en el helado graderío de La Romareda. Natxo González abordó la inestabilidad de este partido, donde las carencias se podían apreciar a flor de piel: «Ha sido un partido donde ha habido muchas fases de control absoluto. Yo creo que en el primer tiempo hemos podido irnos con una renta mayor, fallando una vez más el penalti, luego el segundo tiempo se ha descontrolado por completo», explicó Natxo.

La victoria deja un balance que ofrece algo de optimismo sobre un mal que ha desangrado al Real Zaragoza en estos últimos años; la fiabilidad en La Romareda. Con este triunfo se deja un actual registro de siete puntos de nueve posibles en este recién estrenado 2018 y un seis de seis en la segunda vuelta, algo que se encargó de destacar el técnico vasco: «Era muy importante ser más fuertes como locales y sacar los puntos. Yo creo que el hecho de ganar en casa nos tiene que dar mayor fortaleza en todos los sentidos y eso nos puede ayudar a sumar fuera».

Pombo, un diez / Natxo González dijo hace unos meses que Pombo tenía una calidad que ni él mismo conocía: «De él depende ser un cero o un diez». Una frase extraordinaria para definir la identidad de un jugador cuyas habilidades pueden ser diferenciales. Fruto de su trabajo y cabeza depende que pueda explotar como el talento que es. «Pombo nos está devolviendo a todos todo lo que vale. Espero que haya vuelto para quedarse, y esto se lo dije hace diez días. Ha vuelto y espero que sea para mucho tiempo», comentó el preparador zaragocista. Por el momento, Jorge Pombo ha anotado dos goles en los dos últimos partidos como local y ambos han servido para sumar tres puntos providenciales. De sus botas puede nacer parte del futuro inmediato del Real Zaragoza.