—Llegan líderes a La Romareda. ¿Qué partido esperan?

—Ahora no nos preocupa la tabla, pero estamos con la moral alta, porque son tres partidos seguidos ganando, cuatro sin encajar y siete sin perder. Todo eso genera confianza e ilusión. Los comienzos son importantes, nos costó al principio y hubo cierta incertidumbre, pero ahora nos vemos afianzados y hemos cogido la idea del míster. Eso sí, el partido será muy difícil, porque el Zaragoza anda muy bien. Somos dos equipos que estamos en el mejor momento de forma y de juego.

—El Zaragoza está lanzado tras dos triunfos seguidos...

—Sí. Conozco bien la categoría y para mí es un gran acierto el fichaje de Natxo González, que ya el año pasado demostró en el Reus ser uno de los mejores de Segunda. Se reforzó muy bien y en los primeros partidos logró pocos puntos para el juego que ofrecía, pero ahora es mucho más fiable.

—¿Cuanto de cerca estuvo de ser uno de esos refuerzos?

—Tuve la oportunidad, es verdad. Hablé con Lalo y con Natxo, pero hay momentos que tomas decisiones y no sabes cuál es el futuro más idóneo. Estoy agradecido por el interés, había que tomar un camino y cogí el de Osasuna.

—¿Si el Alcorcón hubiera bajado estaría seguro en el Zaragoza?

—No lo sé, yo creo que no. De hecho, uno de los problemas para mi llegada era pagar ese traspaso y, si hubiera bajado el Alcorcón, era aún mayor. Con ese descenso yo no habría permanecido allí seguro, pero mi cláusula era más barata si nos manteníamos en Segunda. No solo el Zaragoza se interesó, pero cuando te llama un director deportivo y un entrenador transmitiendo su confianza y su manera de trabajar es de agradecer. Y a mí que me gusta el fútbol, pues más todavía.

—¿Se vio muy cerca del Zaragoza? En mayo sí pareció estarlo.

—Muy cerca no me sentí nunca, ni en mayo. Es que había varios equipos, era pronto y había que mirar todo. Cuando llegó la oferta de Osasuna me convenció y con el traspaso se hacía muy complicado ir a Zaragoza. A cualquier jugador le gustaría ir a La Romareda, pero acabé en Osasuna, que creo que es una buena apuesta. En una tarde se decidió todo.

—En 2013 estuvo también cerca de venir. Lo suyo con el Zaragoza es un amor imposible.

—También hubo oportunidades entonces, pero yo estaba feliz en Alcorcón. El Zaragoza es muy importante, su categoría es la Primera y estoy convencido de que pronto volverá, pero a veces no se cruzan los destinos.

—Optó por ir a Osasuna, donde la competencia arriba es grande con Xisco y con Quique.

—Con 20 años a lo mejor no habría elegido la opción, pero la competencia sana te mejora mucho y hay buena relación con Xisco y con Quique. Nos está tocando entrar a una pareja casi cada partido y aceptamos ese rol. Una delantera tan completa en variables como la nuestra hay pocas en Segunda. Es sensacional.

—¿Qué le parece el Zaragoza?

—Me gusta mucho la experiencia de Zapater, su empuje. Febas marca diferencias y Borja no solo aporta goles, también trabaja y genera mucho fútbol. Y en defensa tienen nivel. Es un bloque que se ha armado muy bien y ha firmado un gran entrenador, con las ideas muy claras.

—¿Son rivales directos Osasuna y Zaragoza para subir?

—Nosotros miramos partido a partido, porque aquí cualquiera te pinta la cara. Nuestro presupuesto sí dice que somos candidatos, pero no todo es tan sencillo. Sin volvernos locos y con nuestra afición, el objetivo tiene que ser el convertirnos en los más fuertes de la categoría. Y al Zaragoza lo veo con opciones, por cuerpo técnico, por jugadores y por la ilusión de una grada enorme. Todo eso suma mucho.