Luis Gamón, portavoz del grupo de accionistas mayoritarios del Zaragoza, resumió con claridad la situación del club en su negociación con Hacienda, que ayer vivió un nuevo y fallido capítulo. "No podemos hacer más". Javier Lasheras, José Guerra y el propio Gamón se reunieron por espacio de dos horas con la delegada de la Agencia Regional, Paloma Villaró, y el resultado es que el club sigue sin tener aprobado el calendario de pagos, lo que imposibilita el desembarco del grupo mexicano y dificulta de forma casi definitiva cualquier otra iniciativa. "No nos han dicho un 'no' rotundo, pero exigen más dinero, más garantías", añadió Gamón, que espera que la conversación entre la delegación regional y la sede central de la Agencia Tributaria desbloquee la situación y que el lunes o el martes de la próxima semana el panorama, ahora muy gris y casi negro, se pueda ver desde otra perspectiva.

"La sede regional está por la labor de ayudar, pero la clave está en Madrid, que está siendo muy dura con el Zaragoza y desde nuestro lado no se puede hacer nada más. Si damos más se acaban los recursos para hacer un proyecto que pueda ser competitivo. Creemos que nuestra propuesta es seria, solvente y suficiente", añadió Gamón. No niegan los empresarios que Agapito en los últimos años ha incumplido varios calendarios de pagos con el fisco --hasta 6-- en una deuda global que está en 29 millones, pero el ejemplo de Osasuna, con el que la Hacienda navarra ha llegado a un acuerdo por una deuda de 50 millones, se estima un claro agravio comparativo. El presidente de la junta gestora de Osasuna, Javier Zabaleta, admitió ayer que ese acuerdo les permitirá negociar con el resto de los acreedores, empezando por los futbolistas, lo que les salva del descenso a Segunda B.

Esa amenaza se cierne sobre el Zaragoza, asolado por las deudas y que presentó a Hacienda una última propuesta que incluye el pago de 3,5 millones ahora, el denominado corriente, otro millón en septiembre y cerca de otro en diciembre para abonar los casi 5,5 millones que debe pagar de forma inmediata, además de ofrecer un 25% de los posibles traspasos de futbolistas que realice. Teniendo en cuenta que 8 millones están consignados en futuros ejercicios, el resto, unos 16, estaría en función del ascenso y de los derechos de TV. Si el Zaragoza sube, abonará cerca de 20 --el contrato de TV es de 25 millones--, por lo que pagará algo de lo consignado en siguientes cursos. Si no sube, su propuesta es de un millón anual estando en Segunda, porque la cifra por TV es muy inferior.

Los accionistas aseguran con contundencia que si Hacienda no autoriza su calendario nadie va a llegar al club. El corriente se paga como parte del aval de 8,1 millones que hay que depositar para la compra de las acciones, pero el problema son los 18 millones que vencen en septiembre, una cifra descomunal. "Nadie va a venir aquí en esas condiciones", señala Gamón. En este sentido, insiste en que el grupo que encabeza la familia Lobato Blanco sigue a la espera de ese acuerdo con Hacienda y con la idea de aterrizar en el Zaragoza.

De hecho, un abogado de este grupo ha estado en algunas de las reuniones con Hacienda y se le han dado datos del grupo azteca --y de su sociedad que tendría en España-- que llegaría al Zaragoza, con financiación y avales, pero por ahora eso no es suficiente para el fisco.

OTRAS VÍAS

También se admite desde el grupo de accionistas que encabeza Lasheras que éste sigue sus trabajos en pos de una tercera vía con el objetivo de sumar empresarios de Aragón de mayor solvencia, aunque en esa opción se está todavía en una fase muy inicial. Mientras, la vía de un aterrizaje tutelado por la Liga de Fútbol, con su presidente Javier Tebas a la cabeza, cobra fuerza. Así, la LFP ya ha realizado movimientos en busca de posibles grupos inversores. De hecho, alguna de sus oficinas por el mundo se dedican a esa labor de buscar inversores.