Le quedan dos pasos que dar al Real Zaragoza para asegurar su playoff, dos pasos en forma de triunfos, claro está. Si hoy supera al Albacete y hace lo propio después contra el Valladolid, en dos duelos consecutivos al calor del hogar, el equipo de Natxo González jugará la promoción de ascenso, la vía para el deseado y necesario retorno a la élite dejando la cita ante el Barça B solo para acabar lo más arriba posible. Así, derrotar al rocoso equipo de Enrique Martín, al que su bajón en los últimos meses le hace arribar más necesitado de lo que apuntaba a venir, supone el primer expediente a cumplir por el conjunto zaragocista, que llega a la cita con el regusto amargo que le dejó la derrota en Cádiz, pero con la seguridad que le da el calor del La Romareda, donde es casi imbatible en esa segunda vuelta.

No va a ser fácil atrapar el playoff, porque la lucha final está apretada. Ayer ganaron el Oviedo y el Valladolid, que adelantó al Zaragoza, ahora sexto y que corre peligro de caer de esa zona noble si hoy no firma los tres puntos. Pero el equipo zaragocista tiene las cuentas muy claras. Si gana dos partidos, siempre que uno de ellos sea el que debe disputar ante el conjunto pucelano, estará en esa miniliga de cuatro partidos máximo en la que el Zaragoza ya rozó subir en la 14-15. Pero, dado que los de Natxo han bajado su nivel a domicilio y que siempre es mejor no dejar cosas para el final, la necesidad es que sea La Romareda el salvoconducto para la promoción. Este hogar y un zaragocismo entregado a su equipo, además, merecen que sea así.

Ante su gente, el conjunto aragonés lleva 24 de los últimos 27 puntos, con ocho victorias (Tenerife, Córdoba, Lugo, Oviedo, Lorca, Huesca, Almería y Sporting) y una sola derrota, el tropiezo contra el colista Sevilla Atlético. Son números para tener confianza en una solidez de local puesta a prueba y saldada con nota. Se vio, por ejemplo, en el derbi con el Huesca y en el duelo ante el Sporting, que llegó aquí como un cohete y se derrumbó tras la derrota para decir adiós en la práctica al ascenso directo. En esos dos partidos, también en otros, pero sobre todo contra oscenses y sportinguistas, La Romareda empujó y arropó a los suyos, fue vital para esos triunfos. El viernes Natxo González habló de la importancia de remar todos, aunque se diría que la grada zaragocista sabe perfectamente el papel fundamental que juega en esta carrera. Y hoy seguro que volverá a estar ahí.

Firma el Zaragoza una segunda mitad de Liga para, como dijo Natxo también, hacer palmas con las orejas. Hasta 38 puntos en 18 citas lleva, en una reacción espléndida y más que valorable, una segunda vuelta de ascenso directo que llegó tras una primera donde los números fueron de permanencia sufrida. Cualquier torneo de la regularidad, y más aún esta Segunda eterna, pone a cada uno en su sitio y, en el cómputo global de su temporada, los de Natxo están donde merecen. Ahora, falta rubricar el pase a la promoción en las tres jornadas finales y definitivas.

UN RIVAL INCÓMODO

El Albacete tiene 5 puntos de renta con un descenso más apretado en las últimas jornadas. Eso y la caída del conjunto manchego, que lleva 8 jornadas sin ganar y solo cuatro de los últimos 24 puntos han hecho que los de Enrique Martín lleguen exigidos a La Romareda, con la necesidad de sumar para no aumentar el agobio.

Con todo, el milagro que ha hecho Martín con el Albacete es digno de mención. Relevó a Aira en la séptima jornada y dio vuelo al conjunto manchego, recién ascendido, con la sobriedad defensiva y la intensidad como valores. Con un dibujo con tres centrales, dos de ellos exzaragocistas (Chus y Gaffoor), dejando pocos espacios y exprimiendo sus argumentos en ataque, encabezados por Zozulia, están a un paso de la permanencia. Son, sin duda, un enemigo peligroso e incómodo.