Dejando al lado las dudas del Zaragoza con Corona, las mínimas posibilidades de Rebosio de seguir y la intención del club de buscar un acomodo a jugadores como Valbuena, Drulic o Yordi, hay seis futbolistas de la plantilla que tienen más que claro que viven sus últimos días por La Romareda. Pablo, que se retira, Jesús, que vuelve al Deportivo tras acabar su cesión, y Juanele, Iñaki, Vellisca y Ferrón, que acaban contrato, componen estas seguras despedidas. No serán las únicas, aunque ahora son las más claras.

De todas ellas es la de Pablo la más especial. Tras seis temporadas de zaragocista, el defensa asturiano se retira lastrado por sus problemas en la rodilla izquierda. "Hago un balance muy bueno. Me he sentido a gusto, el club siempre me apoyó, incluso en los momentos más difíciles en este año y además he conseguido dos Copas del Rey y un ascenso", asegura el jugador, que tiene muy claros los puntos oscuros que ha vivido. "Lo peor fue el descenso y estos problemas en la rodilla que han decidido mi retirada. Me hubiera gustado jugar más este año, despedirme sobre el césped, pero manda la lesión".

DIFICIL RELACION También asegura que se va con buen recuerdo Juanele, tras cinco años por La Romareda y una relación de amor-odio con la afición, que le idolatró y también le criticó severamente. No hubo término medio con él --tampoco en el club, que le intentó sin éxito traspasar en los dos últimos veranos--, aunque el Pichón se queda sólo con lo positivo. "De lo negativo me olvido. Siempre me he sentido querido por la gente. Además, he conseguido cosas importantes y la grada lo ha sabido valorar. El balance sólo es positivo, creo que la afición siempre se acordará de Juanele y Juanele de ellos", explica.

El jugador es consciente de que, con 33 años, apura su última etapa como futbolista, aunque no piensa en la retirada: "No tengo pensado colgar las botas aún. Tengo mucha ilusión y ganas. Habiendo eso, al fútbol se juega en cualquier sitio". Un posible retorno a su casa, el Sporting, si este equipo no asciende, puede ser la opción más firme.

El resto de seguras despedidas no hace tan buenos balances. Iñaki, por ejemplo, ha pasado dos años con más pena que gloria, sobre todo por culpa de las lesiones, aunque la salida de Flores, que confiaba en él, no le benefició. Con Víctor no contó. "El sabor de boca que me queda es amargo, con una valoración negativa. Mi aportación, por diversos motivos, no fue buena", recalca.

El mediapunta riojano mira la mala suerte que tuvo con las lesiones y no tiene queja en la actitud de Víctor hacia él. "Cuando he jugado en otros equipos no pedí explicaciones y ahora tampoco lo he hecho", sentencia el futbolista, que está en el punto de mira de varios equipos de Segunda. La categoría de plata también parece el destino de Vellisca, que ya intentó sin éxito marcharse al Levante en febrero.

UN REGRESO DE PASO Sí tiene destino fijo Jesús, que volverá al Depor tras dos años de cesión, aunque es más que probable que el club gallego le vuelva a buscar acomodo. "Mi ilusión es trabajar a tope allí. Yo sigo confiando en mis posibilidades y sé lo que soy capaz de hacer", asegura. Esa capacidad no la demostró en La Romareda. Jugó esporádicamente en Segunda y este curso ha desaparecido, con Flores ya actuó muy poco y con Víctor, nada. "He trabajado al máximo, pero las cosas no fueron bien. Me voy a guardar las críticas. No hablé cuando pasé momentos muy duros y malos y no lo haré ahora que me voy".

Tampoco se va con buenas sensaciones Ferrón, que llegó en el 2000 con una medalla de plata en los Juegos y muchas esperanzas: "Mi paso por aquí ha supuesto un parón en mi carrera. Me he sentido apartado y con un total ostracismo en algunos momentos, sin opción de aportar. Pero tengo la conciencia tranquila porque cuando me dejaron lo di todo, aunque tan apenas me han dejado", afirma el lateral, a la espera de ofertas para seguir en la élite: "A ver si puedo volver aquí como visitante para que la gente me vea aunque sea con otra camiseta".