James Igbekeme, seguramente la sensación de la temporada hasta el momento en el Real Zaragoza, es el jugador más valioso de la plantilla. Al menos, en lo que al importe de la cláusula de rescisión se refiere. La del nigeriano es la más alta de entre todos los futbolistas en propiedad del club, con una cantidad que supera los 10 millones de euros, una cifra que se dobla automáticamente si el Real Zaragoza asciende a Primera División. En ese caso, hacerse con James, que firmó el pasado verano un contrato que le vincula al club aragonés hasta el 2022, obligará a hacer frente a una cantidad que rondaría los 20 millones.

Ningún otro jugador zaragocista tiene una cláusula de rescisión tan alta. Ni siquiera la de Papu, la gran apuesta de Lalo Arantegui, director deportivo del Real Zaragoza, el verano del 2017. El georgiano, uno de los mejores la pasada campaña, fichó por el Real Zaragoza para cuatro temporadas, hasta el 30 de junio de 2021. Pero la entidad aragonesa le prorrogó el contrato un año más el pasado verano, con un aumento salarial pero sin alterar una cláusula de rescisión que alcanza los 10 millones, una cantidad que también se duplica en Primera.

En sus comparecencias públicas, James Igbekeme ha dejado claro que se encuentra a gusto en el Real Zaragoza, aunque tampoco cierra la puerta a una futura salida. «Percibo el aprecio de la afición. Me gustaría estar aquí muchos años, crecer como futbolista, pero si llega una oferta y el club me dejase ir podría ser beneficioso para ambas partes. Pero de momento estoy a gusto tanto en el club como con el entorno», expuso el jugador a principios de año.

EL MEJOR JAMES

La llegada de Víctor Fernández ha devuelto al mejor James, que llegó a quedar relegado al banquillo con Lucas Alcaraz. El técnico aragonés le ha otorgado galones en la medular, ya sea en el centro o como interior. En línea de cuatro o de doble pivote. «Me gusta bastante. Fundamentalmente, porque quiere la pelota. Cuando un equipo está así, como el Real Zaragoza, es muy importante tener jugadores que sean muy cuidadosos con el balón. Y que te junten al equipo en vez de dividirlo o que lo fracturen. Y James Igbekeme te da esto y, además, es muy generoso en el esfuerzo y te aporta una energía que es necesaria. Y en estas circunstancias necesitamos mucha energía», expuso Víctor recién llegado a la disciplina zaragocista.

El club considera a James y Papu parte esencial de la apuesta por consolidar las bases del proyecto y blindar a los jugadores con mayor capacidad de progresión. Como son los casos de los canteranos, Guti, Soro o Lasure, también renovados hasta el 2022. El objetivo es, pues, construir el Zaragoza en torno a estos futbolistas jóvenes y con proyección. Si Papu fue la gran apuesta en este sentido el verano del 2017, James lo fue en del pasado año. Después, el club acometió el blindaje de los canteranos, si bien todavía no hay un acuerdo definitivo con Pombo. Sí lo hubo con Soro, la joya de la cantera zaragocista y el futbolista llamado a abanderar el futuro. Así lo entiende la entidad, que estableció una cláusula de rescisión de 8 millones de euros para posibles interesados en el ejeano.

Igbekeme, con apenas 23 años, está completando una excepcional campaña y su rendimiento ya ha llamado la atención de otros clubs, pero el Real Zaragoza está tranquilo. Así se lo permite la cláusula. Si el Zaragoza no asciende y alguien quiere llevarse a James, deberá abonar algo más de 10 millones de euros o tratar de negociar con el club aragonés un posible traspaso por una cantidad inferior.

Hasta ahora, James, que llegó al Zaragoza procedente del Gil Vicente de la segunda portuguesa, ha disputado 20 de los 24 partidos. En 17 formó parte del once titular y en tres salió desde el banquillo. Ha jugado 1.533 minutos y ha marcado un gol. Fue en la cuarta jornada, en Oviedo, donde el Zaragoza goleó 0-4.