El Real Zaragoza se ha empeñado en hacer historia. Su registro en el inicio del campeonato liguero iguala ya el mejor precedente, correspondiente a las temporadas 1963-64 y 1980-81, ambas con el equipo aragonés en Primera División. Entonces, como ahora, cuatro victorias y un empate en las cinco primeras jornadas colocaron al Zaragoza en la parte más alta de la tabla clasificatoria, si bien no siempre pudo mantener el ritmo.

Sí lo hizo en la 63-64, cuando emergía el Zaragoza de los Magníficos. De la mano de Antonio Ramallets, el equipo blanquillo comenzó la Liga a velocidad de crucero. El empate inicial (1-1) en Pontevedra dio paso a cuatro victorias consecutivas -ante el Murcia en casa (3-2), en el Calderón frente al Atlético (0-2) y de nuevo en La Romareda a costa de Valladolid (3-0) y Barcelona (2-0)-. En este periplo, Murillo, con tres tantos, fue el estilete de una escuadra en la que Santos todavía no era titular.

Sin embargo, la sexta jornada trajo consigo la primera derrota zaragocista. Fue en Sevilla (1-0), donde se originó una mala racha de cinco partidos consecutivos sin ganar de un equipo que acabaría la campaña en cuarta posición solo por detrás de Real Madrid, Barcelona y Betis.

Muy diferentes fueron las cosas en la 80-81, el otro precedente histórico que soporta el gran inicio actual del Zaragoza. Entonces, con Manolo Villanova en el banquillo, el cuadro aragonés comenzó la Liga con cuatro triunfos seguidos frente a Athletic Club en tierras vascas (0-1), en casa ante el Sevilla (2-0), en Murcia (0-1) y en La Romareda contra el Espanyol (2-1). El quinto encuentro, sin embargo, se saldó con empate en El Molinón frente al Sporting (1-1), lo que supuso una cosecha de nueve puntos -entonces la victoria se valoraba con dos y no con tres como en la actualidad- sobre diez posibles. La sexta jornada, en la que el Valencia visitaba la capital aragonesa, mantuvo al Zaragoza invicto (1-1) aunque, tras ella, el cuadro de Villanova encajó tres derrotas consecutivas. La temporada ya no se acabaría de enderezar y el equipo, que cambió dos veces de entrenador y que, tras un paso efímero de Luis Bello, acabó dirigido por Leo Beenhakker, quedó abocado a luchar por evitar un descenso del que se libró por seis puntos.

Así que si el Zaragoza de Víctor Fernández es capaz de sumar la victoria en campo del Fuenlabrada firmará el mejor arranque de toda la historia del club. Atrás queda ya la 64-65, cuando, también en Primera, el equipo aragonés perdió en la quinta jornada tras haber sumado cuatro triunfos consecutivos. O la 81-82, cuando acumuló tres victorias y dos empates en las cinco primeras jornadas. Esos registros ya han sido superados por este Zaragoza, que ha hecho lo propio con el mejor arranque hasta ahora en Segunda -en la 55-56, cuando se perdió en Logroño tras cuatro partidos consecutivos ganando-.

Para ello, los de Víctor deberán superar a un recién ascendido que todavía no ha perdido en casa. Una victoria ante el Oviedo (2-1) y un empate frente a la Ponferradina (1-1) mantienen invicto en su feudo al Fuenlabrada, que, de momento, es una de las revelaciones tras acumular diez puntos y ocupar la cuarta posición en la clasificación.

Aunque todo parece encaminado, al fin, hacia otra historia. Muy diferente de la que el Zaragoza escribió la pasada campaña, cuando firmó los peores números de su existencia en La Romareda. Ahora, el equipo cuenta por victorias sus partidos en casa y, a base de solidez, fiabilidad y contundencia, se ha aupado a puestos de ascenso directo por segunda semana consecutiva, algo que solo había sucedido en seis jornadas más en los seis años anteriores en Segunda tras el último descenso. Es decir, el Zaragoza solo ha estado entre los dos primeros en el 3% de todas las jornadas disputadas en todos estos años y Víctor ya es, tras Milla, el que más tiempo ha permanecido en estas posiciones. El turolense mantuvo ahí al equipo durante cinco semanas y Víctor ya lleva dos. Popovic lo hizo en una.