Después de una noche de decepción y de un suave entrenamiento, apenas doce horas después de que terminara el partido que supuso la primera derrota de la temporada en La Romareda, Jaime Romero mostró ante la prensa el descontento que dejó en la plantilla el encuentro del lunes y, sobre todo, el arbitraje de López Amaya. "Puede que fuera valiente, pero no fue justo", dijo el zaragocista en referencia a las palabras que le dedicó el entrenador del Tenerife al trencilla nada más concluir el choque.

El colegiado granadino, debutante esta campaña en Segunda División, señaló dos penaltis en contra del equipo aragonés, un dato llamativo por lo inusual que ayer pocos se explicaban todavía. Sobre todo porque las dos veces que señaló los 11 metros fue en acciones contra el equipo de casa. "No me había pasado en toda mi carrera deportiva", confesó Víctor Muñoz.

No obstante, el fondo del asunto está en ese primer penalti que rompió el equilibrio del partido. El debate, más que en la sujeción, está en la línea que suelen seguir los colegiados en esas acciones a balón parado. Pocas veces, muy pocas, pitan penalti en los córners. Cuando lo hacen, además, es en agarrones claros. "Si pitas ese penalti, todos los partidos tienes que pitar 15", dijo ayer Jaime, que se extendió: "Siempre hay contactos en el área, el primer penalti no sé de dónde se lo saca".

Al final del encuentro, Álvaro Cervera confesó haber constatado la impresión que tenía sobre el colegiado antes del partido. "Ya sabíamos que es un árbitro con resultados favorables a los equipos de fuera de casa", dijo el técnico del equipo canario. Estaba bien informado. De los cuatro partidos que había pitado desde su debut en Segunda A, tres habían acabado con victoria visitante: Mirandés-Alcorcón (1-2), Barcelona B-Lugo (0-1) y Sabadell-Girona (0-2). El otro fue el Las Palmas-Llagostera (2-0).

En el Zaragoza no tuvieron la misma sensación, o al menos no se la quisieron trasladar a los futbolistas. "Siempre nos hablan del árbitro antes de los partidos, pero en ningún momento nos dijeron que podía ser así. No sé qué rigor tiene él, pero a nosotros nos sorprendió. Ayer se equivocó. No pitaba los contactos en el centro del campo, pero en el área sí vio un roce. Puede ser un árbitro valiente, pero no justo", manifestó el zurdo, que ayer disputó por primera vez los 90 minutos de partido.

En el Zaragoza,de todas formas, son conscientes de que el equipo no jugó un buen partido. "El Tenerife planteó el partido bien. Se encontraron con un gol pronto y los penaltis nos perjudicaron. El árbitro no estuvo fino, pero tampoco fue el partido que más acertados estuvimos. Yo me vi bien físicamente, pero no tan fino con el balón. Tengo que ir cogiendo el ritmo".