Carlos Nieto lo jugó casi todo la pasada temporada. Solo se perdió dos partidos. Uno, por lesión ante el Albacete en La Romareda (0-1) y el otro por sanción también en casa frente al Deportivo (3-1). Únicamente fue suplente en Gijón (4-0) y en el último partido de la temporada regular ante la Ponferradina en el estadio municipal (2-1). El canterano era indiscutible en el lateral izquierdo. De hecho, el club permitió incluso la salida de Lasure rumbo a Tenerife durante el mercado invernal apelando a la capacidad de Nieto para jugarlo todo y a la posibilidad de utilizar a Clemente como alternativa en caso de ser necesario. Con 3.431 minutos disputados, Nieto fue el futbolista más utilizado por Víctor Fernández.

Sin embargo, han bastado tres jornadas de esta nueva temporada para que el aragonés haya perdido el sitio en el once por decisión técnica. Fue titular en el estreno ante Las Palmas, pero una expulsión por doble amarilla le dejó fuera del choque disputado en Alcorcón y, cuando volvió, le habían arrebatado el puesto. El autor de semejante hazaña fue Pep Chavarría, un futbolista recién llegado del Olot, en Segunda B, que está cautivando a propios, y extraños.

Los que lo conocían ya advertían de lo que era capaz cuando el Real Zaragoza hizo oficial su incorporación. «Es muy rápido y se asocia muy bien, y eso es lo que más me gusta. Los laterales largos llegan, normalmente, sorprendiendo por velocidad pero este lo hace tanto a través de su rapidez como con una buena asociación porque tiene muy buenos pies. Es un cañón», dijo de él Néstor Pérez, exdirector deportivo y exentrenador del Ejea en Segunda B y buen conocedor de Chavarría. No se equivocaba. Las elevadas prestaciones del catalán en este inicio de la competición están siendo una de las mejores noticias de un equipo aragonés que tiene en Chavarría, de momento, al jefe de la banda izquierda del Zaragoza. Solo él, Cristian, Atienza, Guitián y Eguaras han jugado todos los minutos.

Por ahora, el joven zurdo ha actuado tanto como extremo como en el lateral. Cualquier ubicación, en todo caso, no le es desconocida al estar más habituado a ejercer como carrilero en equipos compuestos por defensas con tres centrales. Chavarría empezó la campaña actuando por delante de Nieto para, posteriormente, pasar a ocupar el lateral en los dos últimos partidos. El primero, ante el Alcorcón, como consecuencia de la sanción del aragonés y el segundo, frente al Albacete, por decisión de Baraja. Eso sí, la entrada al campo de Nieto mediada la segunda mitad fue determinante. Chavarría, al que la puesta en escena del canterano había mandado al extremo, fue el que habilitó a Nieto para que este pusiera el balón en la bota de Narváez, que anotó el gol de la victoria. La conexión zurda funcionó a la perfección.

Chavarría emerge como una de las principales esperanzas de un zaragocismo ávido de referencias y al que le sigue costando levantarse del gran batacazo sufrido la pasada campaña. El catalán encaja a la perfección en el perfil de lateral que gusta en La Romareda. Profundo, agresivo, ofensivo y potente. Chavarría trata bien el balón, es fuerte y muy rápido, lo que le permite manejar diversos registros. En defensa cumple, pero se maneja mejor hacia arriba y eso, en Zaragoza, suele seducir.

El Villarreal lo quiso hace dos veranos y el Barcelona se fue a por él para su filial hace unos meses, pero Chavarría ya había dado su palabra al Zaragoza.