El empresario Fernando Gracia afirmó ayer que el jeque árabe que representa sigue teniendo la intención de hacerse con el control accionarial del Real Zaragoza. De hecho, Gracia asegura que el martes de esta semana mantuvo una reunión en Zaragoza con una representación de los empresarios que ahora se encuentran al frente de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD) encabezada por Mariano Casasnovas y con la presencia del abogado Santiago Marquina, que asesora a este grupo.

Los empresarios, que han negado la existencia de esa reunión, rechazaron la última propuesta que recibieron por parte del jeque poco antes de alcanzar un acuerdo para vender el 80% de sus acciones a un grupo inversor mexicano, pero que aún no ha podido firmarse por estar pendiente de que Hacienda acepte el calendario de pagos que han presentado los actuales propietarios para hacer frente a la deuda que la SAD tiene actualmente con el fisco.

La última oferta presentada por el jeque árabe consistía en depositar en la cuenta del club los 8,1 millones de euros que necesita el Real Zaragoza para pagar las deudas de esta temporada y confeccionar la plantilla del próximo curso y en desembolsar 16 millones de euros más para comprar a los empresarios el 80% de sus acciones. El Zaragoza debe hacer frente a algunos pagos antes del 30 de junio, como ocurre con Hacienda y Seguridad Social, y depositar antes del 25 de julio en las cuentas bancarias de los jugadores de la actual plantilla las fichas de esta temporada, que ascienden en total a 2,4 millones de euros aproximadamente. El club tendría que haber pagado la mitad de esa cantidad el pasado 31 de diciembre.

La única condición que ponía el jeque era que los empresarios no empezarían a cobrar los 16 millones hasta dentro de cinco años y siempre que para entonces el Real Zaragoza estuviera en Primera División. El grupo de empresarios se ha comprometido a pagar a Agapito Iglesias 9,8 millones de euros por el 90,3 de sus acciones en diez años y en unos plazos que comenzarían a partir de enero del 2015.

Ambas partes, jeque árabe y empresarios, pactaron en principio la cifra de 26 millones, incluidos los 8,1 que se precisan ahora, para llevar a cabo la operación, pero luego el jeque decidió cambiar las condiciones tras ver que Agapito iba a cobrar 9.8 millones por sus acciones. Fernando Gracia asegura que los empresarios les dijeron que iban a pagar 20 millones.