En un precioso contragolpe conducido por Francho con una verticalidad extraordinaria, Narváez marcó gol. Después de consultar con el VAR, el árbitro lo anuló. Una decisión que quedó bajo sospecha. Antes Zanimacchia había chutado al palo en una buena acción combinativa por la derecha nacida del ímpetu de Vigaray. Después, el Toro Fernández tuvo dos oportunidades realmente claras, un disparo de zurda desde la frontal del área, casi un mano a mano con el portero del Cartagena, conseguido a base de cuerpear, y un golpeo de diestra que voló alto. También Jair mandó por encima del larguero un balón que le cayó cerca del punto de penalti tras una mal blocaje de Marc Martínez, Francho culminó sin éxito otra interesante acción ofensiva y Bermejo probó suerte desde el flanco diestro del ataque con esa rosquita de zurdo liviano. Hasta que un cabezazo de delantero de los años 80 de Iván Azón rescató un punto para el Real Zaragoza.

El equipo generó un caudal ofensivo importante en Cartagena y sumó un punto cuando mereció los tres. Sin embargo, ese sabor desagradable que quedó en la expedición por la decisión de Ais Reig en el tanto anulado no debe esconder la manifiesta progresión que el Zaragoza está teniendo de la mano veterana de Juan Ignacio Martínez. El pozo en el que recogió el equipo es muy profundo, pero da toda la impresión de que el entrenador sabe lo que hace y cómo tiene que hacerlo.

De momento, a la espera de refuerzos, está sacando a la plantilla ese plus de rendimiento de forma inmediata. Dos partidos de Liga, un triunfo y un empate fuera, y una evidente mejoría. Lo que difícilmente podrá conseguir JIM es hacer posible lo imposible por muchas frases cariñosas que use. A este equipo le falta gol. Y el gol ha de ficharlo en enero.