Desde que llegó en diciembre la situación del Zaragoza es una agonía constante en su lucha por huir del descenso y Juan Ignacio Martínez no tiene reparos en admitirlo. "Sufrimos mucho, los jugadores y nosotros. Te tocas la 'patata' y para todos es un sufrimiento", sentencia el entrenador blanquillo con una media sonrisa propiciada por la victoria ante el Tenerife del pasado sábado que hace que el Zaragoza visite en Vallecas este viernes al Rayo Vallecano tras frenar la mala racha y con la idea de reaccionar de nuevo: “Aquí no da tiempo a relajarse, vienes de haber ganado, pero lo que hemos transmitido a los jugadores es que no hemos hecho nada, ya nos pasó en aquel traspié tras venir de una rachilla medio buena. Vamos a un campo como Vallecas que todo el mundo sabe que es difícil, por el rival, por su situación y por las dimensiones reducidas del campo ya que hay que tener cuidado con las transiciones”.

Admite el entrenador que todas las victorias desde que llegó han sido ajustadas, salvo la del Logroñés, pero “bendito sea ese sufrimiento si logramos los tres puntos. No estamos para pedir mucho, los partidos son ajustados, se deciden por detalles, y por eso la concentración es básica para que no sucedan cosas adversas”. En todo caso, con solo dos puntos de renta con el descenso, elude la palabra presión: “Espero que los jugadores no se metan demasiada, porque ellos son los protagonistas. Yo tengo más que presión responsabilidad desde mi llegada por la situación que estamos. Ganas y estás ahí, pero sin margen de error, no hay lugar para festejar nada”.

La vuelta de Eguaras

El Zaragoza cuenta por derrotas sus visitas a equipos que ahora están entre los nueve primeros y solo logró dos puntos ante ellos en La Romareda. Y ahora visita al sexto y su tramo final de calendario está repleto de rivales de la zona de arriba. “El Zaragoza estaba configurado para estar en la parte alta y estamos ahora en otra dinámica. Ojalá sumemos porque tenemos que jugar con muchos equipos de los de arriba y estamos en mucha necesidad de puntos”, argumenta JIM, que sabe de la fortaleza en las dos bandas del ataque que tiene el Rayo, pero quiere que su equipo tenga identidad propia, porque “siempre tenemos en cuenta el rival, pero no podemos estar constantemente modificando al equipo a merced del enemigo. Somos el Zaragoza, nos damos importancia y desde el respeto a todos debemos buscar las particularidades y nuestro espíritu siempre”.

En ese sentido, su intención pasa por mover lo menos posible la alineación tras el retorno de Eguaras después de su sanción. El navarro volverá a la medular y Zapater es el favorito para ser su pareja. “La idea es tocar poco el equipo, tenemos la vuelta de Íñigo y ahora benditos los problemas para el entrenador por tener jugadores, me toca tomar decisiones y acertar”, indica, sin desvelar sus intenciones, tampoco en lo referente a juntar de nuevo en ataque a Juanjo Narváez con Alegría, como hizo ante el Tenerife con Chavarría en la banda izquierda.

En todo caso, parece probable que mantendrá esa disposición arriba y no echará a Narváez a la banda. “Hemos variado con Juanjo, lo hemos metido por fuera y por dentro porque sabe interpretar el juego por ambos sitios y el otro día buscamos la compenetración con Álex a la hora de combinar y llegar al área, pero siempre con los mismos automatismos. Lo que se trata es de la solidez defensiva, que empieza por ellos, por los de arriba, estar bien estrechitos, que el rival no se sienta cómodo y aún más el Rayo que juega muy bien el balón y que se asocia con peligro”, explica, mostrándose seguro de que el delantero extremeño, que hizo ante el Tenerife su primer gol, habrá notado ese impulso anímico, porque “vino en enero con la presión de marcar, los medios le dabais esos 'pellizcos retorcidos'… No es mucho de mostrar sus sentimientos, pero me imagino que se habrá quitado un peso de encima y ojalá sea el inicio de muchos goles suyos y de muchos puntos”.