Más le vale al Real Zaragoza ganar al Villarreal este domingo en La Romareda. Disputa su final particular de cada fin de semana, pero en esta ocasión estará pendiente de tres campos más, de seis rivales que, como él, luchan por la permanencia y coinciden entre sí en una jornada explosiva. El Albacete recibe al Murcia, el Celta juega en casa con el Málaga (mañana) y el Racing se enfrenta en El Sardinero al Valladolid. La situación es crítica, y disimularla o edulcorarla resulta ya un malabar imposible. El beneficio de la victoria sobre el conjunto castellonense sería un paso más hacia la salvación por la que se suspira; el empate o la derrota, posiblemente una zancada hacia el abismo.

En el mejor de los casos, si suma los tres puntos frente al Submarino de Benito Floro, el Real Zaragoza saldría de la zona de descenso siempre y cuando el Albacete no venciera al Murcia. Para mejorar su situación de cara al futuro y comprometer a más equipos en la empresa que ahora él persigue, sería ideal, además del tropiezo del Alba en el Carlos Belmonte ante el colista, que perdieran el Celta y el Valladolid. Habría que añadir en la carambola simpática que también cayeran Mallorca y Espanyol, que se miden a Osasuna y Madrid, respectivamente. De esta forma se metería en un grupo de cuatro clubs separados por tan sólo tres puntos. Vamos, la felicidad completa en una Liga amarga de resultados e indigesta de fútbol. Cardiaca.

PANICO El otro extremo de la hipótesis causa pánico. Un triunfo del Villarreal, unidos los del Celta en Balaídos, el Valladolid en Santander y el Albacete en su feudo dejarían al Zaragoza descolgado. Ni que decir tiene que al Mallorca no se le ocurra hacer saltar la sorpresa en Pamplona, o que al Espanyol le dé por superar en Montjuïc a la galaxia b de Carlos Queiroz. De esta forma estaría a media docena de puntos del Málaga (ver gráfico adjunto) y a tres del cuadro manchego, los más cercanos en la clasificación y ambos, por el momento, con mejor coeficiente particular con los aragoneses.

Las combinaciones pueden variar, aunque, sin duda, el equipo de Víctor Muñoz, por su posición en la tabla y por el enemigo que le espera en esta ocasión, afronta una cita de altísimo riesgo, tan peligrosa que bastante tiene con ocuparse de sus problemas: llegar a los 42 puntos que se establecen como exigencia aproximada para certificar la continuidad en Primera División. Salir de vacío del duelo con el Villarreal no sería el fin, pero sí un herida material y psicológica de gran profundidad con independencia del marcador general que se produzca al término de la jornada.

ESPINOSA LUCHA Valladolid, en Zorrilla, y Málaga, en La Romareda, son los próximos pulsos del Real Zaragoza en esta espinosa lucha. A ellos tiene que llegar con la cabeza alta, porque luego viene el doble enfrentamiento con el Madrid en Liga y en la final de la Copa del Rey, un encuentro este último que las urgencias por la Eurocopa lo han situado en peor lugar del almanaque competitivo. Da igual que el Villarreal sea grande o pequeño porque el Real Zaragoza ya no dispone de tiempo para medir el tamaño de los adversarios; sólo para creer en el suyo, y ha de ser el de un gigante este domingo y siempre.