No es José Enrique un profesional de medias tintas. Ni en el campo ni frente a los micrófonos. Juega como considera oportuno y dice lo que piensa. Como aperitivo de la rueda de prensa que ha ofrecido hoy, la realidad en todo su gris esplendor: "El equipo no ha estado a la altura y hay que conseguir el punto que nos dé la salvación. Nosotros vamos a salir a por la victoria en Girona porque no nos fiamos de nadie".

La afición vive con angustia esta recta final pese a que la posibilidad del descenso es remota. El defensa explica que el grupo asume la responsabilidad aunque sin tensiones. "Nervios ninguno. En estos partidos hay que demostrar la veteranía. Es una temporada para olvidar y conseguir cuanto antes los puntos que necesitamos".

El trabajo de César Láinez, que se expuso como único culpable del bajón de las últimas jornadas tras el empate contra el Rayo en el minuto 92, se valora dentro del vestuario. "Con él, el equipo ha mejorado. Hemos fallado nosotros. Cuando llegó nos transmitió que teníamos que tener la pelota y jugarla porque cuando no tenemos el balón somos un equipo que sufre. Y en la mayoría de los partidos se ha marcado primero. Es cierto que en las últimas jornadas hemos encajado goles en el tramo final...", explica José Enrique.

Esas rectas finales se han trufado de curvas, de decepciones y de una escenario peligroso, con el Real Zaragoza sin certificar aún la permanencia. "No sé por qué ocurre esto --comenta el jugador--. Cuando nos cerramos tan atrás y perdemos la pelota, no somos un bloque que defiende bien. No tiene nada que ver con el físico. Lo que ocurre es que sufrimos sin balón". José Enrique entiende a la perfección la frustración de los seguidores. "Igual de mal lo pasamos nosotros. Hay en ocasiones en las que me quiero pegar un puñetazo a mí mismo. Duele mucho. Esas situaciones a los que más les duele es a los defensas".

De central, de lateral... Hay un debate abierto. "Jugar de central es una posición buena para mí. Con los años vas retrasando tu lugar en el campo porque te exige menos gasto físico. Me gusta porque puedes sacar el balón jugado. Es mi forma de ser y voy a seguir haciéndolo", opina el futbolista.