José Enrique, fichado por el Zaragoza desde el mercado del paro el 7 de septiembre pasado por dos temporadas, se guardó una cláusula en su contrato que permite romperlo antes si paga medio millón de euros. El futbolista se reservó esa posibilidad ante la previsión de que un buen año en el equipo zaragocista le abriera las puertas a un conjunto de Primera en caso de que el cuadro aragonés no lograra el ascenso. Esa cláusula ya se podía hacer efectiva en enero pasado. El jugador valenciano, de 31 años, ha disputado 17 partidos, con un gol ante el Mallorca, y 1.508 minutos y ahora está siendo utilizado por Láinez como central, aunque su demarcación habitual es la de lateral izquierdo.

El defensa rescindió el 9 de mayo pasado con el Liverpool después de alcanzar con el club inglés un acuerdo para romper el acuerdo que unía a las dos partes hasta el 30 de junio. El lateral fichó por los reds en agosto de 2011, procedente del Newcastle y a través de un traspaso por ocho millones. Indiscutible en los esquemas de Kenny Dalglish, comenzó siendo titular en la etapa de Brendan Rodgers hasta que las lesiones, sobre todo en las rodillas, le apartaron del plano.

De hecho, desde agosto de 2013 José Enrique solo jugó 21 partidos, 15 de Liga, y la pasada campaña apenas participó en tres encuentros, todos ellos de la FA Cup, no siendo utilizado ni un minuto desde el 30 de enero del 2016 hasta su salida. Apartado del primer equipo por Rodgers en el verano de 2015 y obligado a entrenarse con el filial, José Enrique, cuyo salario superaba en el Liverpool los 3 millones de libras, fue recuperado por Jurgen Klopp, que le permitió ejercitarse con el resto de la plantilla. En total, José Enrique llegó al Zaragoza tras disputar 161 partidos en la Premier entre el Newcastle y el Liverpool y 37 encuentros en Primera, entre el Celta y el Villarreal.

SU LLEGADA / El defensa manejó el interés de varios clubs de Primera durante el verano, por ejemplo del Leganés, pero su altas pretensiones salariales y el hecho de venir de un periodo de inactividad hicieron que llegase al 31 de agosto sin equipo. El Córdoba, una vez cerrado el mercado de pases, intentó su fichaje, pero el Zaragoza, gracias a la mediación de Cani y sobre todo de Zapater, dos buenos amigos del lateral, logró convencer al futbolista, que se tomó su paso por La Romareda como la ocasión para volver a ponerse en el primer escaparate en España firmando un contrato muy lejano a las pretensiones que tenía solo un mes antes de fichar por el Zaragoza, pero que ronda los 350.000 euros anuales para ser uno de los mejor pagados de la plantilla.

El jugador tardó un mes en ponerse a punto, pero ante el Sevilla Atlético, como central, ya fue titular en la novena jornada. Después, como lateral fue indiscutible tanto para Milla como para Agné y alcanzó un muy buen nivel en el carril a finales de año, además de convertirse en una de las referencias del vestuario, ya que es innegable su espíritu de líder, que se refleja en el césped, y su veteranía.

Sin embargo, su buen nivel se vio cortado de forma brusca con la lesión en el sóleo que sufrió ante el Girona, en el primer encuentro del 2017, que le llevó a perderse hasta siete partidos y a estar casi dos meses de baja. Reapareció a primeros de marzo ante el Numancia y ha sido titular en los últimos 5 partidos, aunque a un nivel físico más bajo que el que tenía antes de la lesión, lo que ha llevado a Láinez a ubicarle en el eje y pasar a Cabrera al lateral ante el Elche y el Valladolid, si bien el domingo en Almería podría volver al lateral puesto que Cabrera está sancionado. José Enrique aún mantiene la idea de intentar el regreso a Primera con un buen contrato este verano, aunque no es menos cierto que se encuentra a gusto en Zaragoza.