--El Zaragoza ha decidido pagar los 150.000 euros estipulados en su cláusula de cesión por el Atlético para que juegue en el Calderón. ¿Qué supone para usted?--Satisfacción, pero sobre todo agradecimiento, porque el gran esfuerzo que supone pagar esa cantidad es una demostración de que el club confía en mí, aunque esa confianza es también mérito mío. Significa que yo me la he ganado en estos partidos que he jugado en el Zaragoza.

--Hay una posibilidad de que el club se ahorre esa cantidad si antes de jugar, el Zaragoza está salvado, algo que se podría dar si el Valladolid no gana y el Celta cae derrotado.--A mí me han confirmado que voy a jugar sí o sí. Es lo que me han comentado, dicho por el presidente y transmitido por Miguel Pardeza, que me ha comentado que piense sólo en el partido.

--Es una cita muy especial para usted, en todo caso.--Desde luego y muy emotiva también. Será una sensación rara, porque todo el mundo sabe que me siento atlético. Sin embargo, por encima de todo soy un profesional, visto los colores del Zaragoza, me debo a este equipo y voy a salir a ganar. Eso se va a ver el sábado y después se podrán sacar las conclusiones.

--¿Qué reacción espera de la grada del Calderón?--Será positiva, seguro, aunque es lógico que estén volcados con el Atlético de Madrid porque ellos se juegan también mucho. Siempre me dieron muestras de cariño y, sin ir más lejos, fueron muy emotivas en esta temporada, durante los cinco meses que estuve allí, ya que sólo jugué 63 minutos.

--¿Se ve celebrando un gol en contra del Atlético?--Si marco, no lo voy a celebrar.

--Parece muy seguro.--Es que lo tengo muy claro. No celebraré un tanto en el Calderón.

--Puestos a imaginar, un tanto suyo podría dejar fuera de la UEFA al Atlético, el club al que pertenece. ¿Lo ha pensado ya?--No, yo lo que pienso es en el encuentro, en que nos salga lo mejor posible y nada más. Espero y estoy seguro de que el Atlético se va a meter en UEFA, pero lo único que quiero es hacer mi partido y seguir con la regularidad que llevo. No me planteo nada más.

--Conoce muy bien al rival del sábado, ¿le ha preguntado ya Víctor?--No creo que el míster me tenga que preguntar nada. En Primera todos nos conocemos bien, tanto los propios jugadores como los técnicos.

--El Atlético lleva un curso irregular, sin responder a las expectativas.--Esa afirmación tiene matices. Están sacando buenos resultados en casa y eso dice claro lo difícil que es ganar en el Calderón para los rivales. Prácticamente todo el éxito del Atlético en este año se debe a los resultados que está sacando en Madrid, aunque es verdad que fuera de su estadio se ha mostrado más irregular.

--Pero parece tener más plantilla de lo que dicta la clasificación.--Es difícil valorar eso. No hay más que pensar en el Celta. ¿Quién diría que estaría ahí con los jugadores que tiene? Cada uno está donde se merece tras tantas jornadas y no entraré a juzgar el juego del Atlético y dónde está clasificado. Lo que quiero es que, como atlético, estén lo más arriba posible, pero insisto, soy profesional y me debo al Zaragoza.

--Eso se nota en el campo. Se le ha visto pidiendo la ayuda de la afición en los últimos partidos de casa, con la alegría desbordada tras el gol de Alvaro... Muy implicado, vamos.--Creo que se ha demostrado desde el primer momento. Soy agradecido y tanto el club como el vestuario se han volcado hacia mi persona. Hasta el final lo voy a dar todo.

--Ese agradecimiento, ¿abre una puerta a la esperanza para que se quede la próxima temporada?--Cuando llegué dije que era un viaje de ida y vuelta. Quería hacerlo bien y ayudar por esa confianza que me había dado el Zaragoza para después regresar. Ahora, no sé. Veo el ambiente de la grada, el cariño de la gente y muchos aspectos que puedo comentar... Además, también desconozco si el Atlético va a contar conmigo. Mi futuro ya se sabrá, lo único que sé es que ahora, por encima de todo, está la salvación del Zaragoza.

--La agónica victoria ante Osasuna la ha acercado bastante.--De no ganar se hubieran puesto muy difíciles las cosas. Antes de jugar ante Osasuna llevábamos dos puntos en cinco partidos, aunque habíamos merecido más. Así, esta victoria nos vino maravilla, no sólo por la clasificación, también por ver que todavía sabemos ganar e invertir nuestra tendencia negativa.