Dicen que en la orilla del Ebro son cabezudos y testarudos. La afición del Real Zaragoza también lo es y siempre muestra su apoyo incondicional al equipo, aunque vague por la Segunda División. La Peña Zaragocista de La Jota aún cree, a pesar de que en sus dos años de vida lo más cerca de la máxima categoría que han visto fue la promoción ante Las Palmas. No dudan de que es complicado llegar a al playoff de ascenso a Primera, pero como dijo la semana pasada Jesús Valentín, «la esperanza es lo último que se pierde».

«Se puede llegar, aunque sin obsesionarse», afirma Cristian Marcén. El motivo, añade, es que cualquier equipo, incluido el Real Zaragoza, «si piensa solo en salvarse no puede conseguir nada más, al contrario que si te pones miras más altas». Emilio Corral le secunda y recalca que «es un mes clave» porque el conjunto aragonés se enfrenta después del Real Valladolid a tres equipos que se encuentran en descenso, por lo que «si se sacan los partidos ante los de abajo estaremos medio salvados y podremos mirar hacia arriba». Sin embargo, Sonia Arcega mantiene los pies en la tierra y considera que «no nos podemos dormir», ya que «primero hay que salvarse y, una vez matemáticamente certificada la permanencia, mirar para arriba».

El principal motivo de la ilusión es la llegada de César Láinez al banquillo del equipo. «Conoce al primer equipo y al filial y, de las dos plantillas, sacó un once que combina la experiencia con la cantera», recalca Corral. «El planteamiento de Láinez no me lo creía porque, por ejemplo, Isaac Carcelén pasó de la grada al césped, aunque el partido le dio la razón», apunta Marcén. Eso sí, añade, «el efecto Láinez hay que confirmarlo porque Raúl Agné también empezó bien». Eso sí, los peñistas creen que Cani y Zapater no tienen por qué jugar los noventa minutos y critican la preparación física del equipo.

Foco sobre la directiva

A pesar de que reconocen que la gestión económica es buena debido a la terrible herencia de Agapito, el apartado deportivo suspende. Marcén reclama «sinceridad» por parte de los regidores del club aragonés. «Hacer pagar a los socios para liquidar la deuda es muy zaragocista, pero se tienen que poner las pilas. Si no hay un equipo para subir y vamos a estar tres, cuatro o cinco años en Segunda que nos lo digan abiertamente. Los aficionados seguiremos haciéndonos socios, que no vendan humo. Si la idea es liquidar la deuda y si suena la flauta y subimos, perfecto, pero que no engañen al aficionado. Entiendo que la Fundación llegó con un marrón, pero queremos sinceridad», reclama. Corral añade que «no han sabido rodearse de gente acorde», mientras que Arcega considera que «se ha gastado mal el presupuesto».