Juan Ignacio Martínez es un entrenador clásico. Por lo tanto de ideas tradicionales. En estos cerca de cuatro meses al frente del Real Zaragoza, el técnico ha elegido quiénes son sus hombres y con ellos, un grupo de unos catorce jugadores, ha ido disputando las batallas de esta guerra tan ingrata. La mayoría han sido fijos en sus planes: Cristian Álvarez, Vigaray, Francés, Jair o Peybernes, Nieto o Chavarría o los dos a la vez, Eguaras, Francho, Bermejo, Narváez, Álex Alegría y, desde hace ya unas cuantas jornadas, Zapater. James Igbekeme tuvo alguna aparición fugaz hasta volver a caer lesionado.

Por el momento, el resto ha caído a un rol residual con JIM, aunque Ratón merece una mención aparte por su buen papel en Málaga y Sabadell, cuatro puntos sumados e intervenciones meritorias en ausencia de Cristian. Ha sido muy baja la suma de los minutos de Tejero, Atienza, Sanabria, Adrián González, Zanimacchia, Toro Fernández después de aquel intento por recuperarlo antes del mercado de enero, Vuckic, Larrazabal, Iván Azón y Ros, este último fuera de combate por una lesión realmente problemática.

La participación de la mayoría de ellos se ha acortado a porciones muy pequeñas de tiempo y cerca del ocaso de los partidos, señal inequívoca de dos cosas. Que a JIM le cuesta hacer cambios y que cuando el entrenador mira a la grada de los suplentes ve pocas soluciones. Excepción hecha de Iván Azón, que al menos ha sido un ejemplo de actitud, pelea, rasmia, desgaste físico y sobre todo corazón, y de Sanabria, al que se le intuyen maneras suficientes para poder aportar a este grupo, el resto están perdidos en la inmensidad de la nada por razones muy diferentes. Ha habido quien ha desaprovechado mil oportunidades, como el Toro, y quien ni siquiera las ha tenido, como Adrián.

Al final, por hache o por be, demasiados jugadores han acabado en el saco de la intrascendencia. Mirar al banquillo ahora mismo es depresivo. Todavía les quedan diez jornadas para rebelarse contra su propia suerte y ayudar al Real Zaragoza a cambiar la suya.