El Real Zaragoza ha pedido una suspensión provisional del embargo de las taquillas y de las cuentas del club que ha llevado a cabo el exjugador Koffi Ndri Romaric después que el juez ya haya dado la razón al futbolista. El club aragonés recurrió la sentencia judicial, pero el juez ha confirmado ese embargo y por eso ha pedido la suspensión provisional del mismo. Romaric solicitó en su día la ejecución de la totalidad de las cantidades que se le adeudan por el incumplimiento de algunos de los plazos que estableció el juzgado para que el club aragonés abonase en 16 meses lo que se le dejó a deber al actual centrocampista del Bastia francés. La cifra total se sitúa en unos 700.000 euros.

Al jugador le asistía la sentencia anterior en donde se establecía el pago de esas cantidades que se le debían en las citadas mensualidades y donde se deja claro que el incumplimiento o retraso de alguna de ellas le legitima para reclamar todo. Romaric ha cobrado ya algunas de esas partes, en ocasiones con retraso, y, tras avisar al club, decidió solicitar la ejecución de la totalidad de la deuda. Esas mensualidades o plazos no son proporcionales sino que la cuantía de los mismos va en aumento hasta alcanzar la cifra total de lo que se adeuda al futbolista, que perteneció al Zaragoza en la temporada 2012-2013.

LA OTRA VÍA También reclamó el pasado 2 de enero ante la Comisión Mixta de la Asociación de Futbolistas y de la Liga de Fútbol Profesional que se le pagase esa cantidad en total, en el mismo día en que también Paredes, José Mari y Movilla demandaron ante esa misma instancia, pero dicha comisión decidió desestimar esa solicitud en el caso del centrocampista costamarfileño, mientras que el club tuvo que solucionar ante la AFE los casos de los otros tres jugadores en un plazo de 48 horas. Romaric sabía que la batalla por esa vía no la iba a ganar, pero mantuvo la judicial, porque desde un principio se aseguraba desde el entorno del jugador que ahí no había más posibilidad que darle la razón. Así ha sucedido.

Romaric demandó al Zaragoza cuando acabó la temporada pasada y no percibió las cantidades que se le adeudaban. El centrocampista costamarfileño, que siempre ha admitido que su rendimiento en el Zaragoza no fue ni de lejos el esperado, asegura que dio todas las facilidades para que el Zaragoza cumpliese con lo firmado en su contrato, pero que los reiterados incumplimientos no le dejaron otra vía que la denuncia, que en un primer momento estableció ese calendario de plazos. Sin embargo, los retrasos en los pagos le llevaron a tomar esa decisión. "Ellos quieren que quite la demanda, pero si ya no cumplieron antes, ¿porqué vamos a quitarla? No nos podemos fiar", señaló el jugador a este diario para explicar la razón de su postura.

SOLO UNA TEMPORADA El acto de conciliación se celebró en octubre, hace casi 5 meses en la capital aragonesa, sin acuerdo, y la sentencia judicial estableció ese calendario de pagos en 16 meses. El centrocampista llegó al club aragonés en el verano del 2012, como una de las peticiones expresas de Manolo Jiménez, que lo había tenido a sus órdenes en el Sevilla. Sin embargo, las lesiones, su bajo nivel y la Copa de África solo le permitieron jugar 12 partidos de Liga, siete de ellos de titular, y, tras finalizar su contrato, se marchó al Bastia francés, donde está jugado con regularidad y siendo uno de los fijos del entrenador del conjunto galo.