El Real Zaragoza tiene, en los poco más de cuatro meses de competición que restan, la complicada tarea de huir de la zona de descenso, que ahora, tras 25 jornadas, está solo a dos puntos, ya que el equipo zaragocista tiene 31 y es duodécimo y la Cultural Leonesa, el primero de los billetes al infierno (Córdoba, Lorca y Sevilla Atlético parecen tener los suyos asignados) circula como decimonoveno, con 29. El descenso a Segunda B en un club con una deuda de 83 millones de euros supone el pasaporte a la desaparición y con esa presión va a tener que salir a jugar el equipo en las 17 jornadas que restan. Y para soportarla, la media de edad de la plantilla es la quinta más baja de toda la categoría de plata.

Ahora mismo y tras los dos fichajes del mercado de enero, Bruno Perone, de 30 años, y Alfaro, de 26, y la salida de Valentín (26) al Córdoba, la media de edad de la primera plantilla es de 26,6 años. Solo los dos filiales, Sevilla Atlético (21,1 años) y Barcelona B (21,2), que como no podía ser de otra manera tienen los vestuarios más jóvenes, el Lugo (26,2), próximo rival zaragocista en La Romareda, y la Cultural Leonesa (26,3) tienen un grupo con mayor juventud que el zaragocista. El más veterano en Segunda es el Alcorcón, con 29 años de media.

Hasta el mercado de enero, es decir en el primer tramo de la temporada, la plantilla diseñada por Lalo Arantegui y entrenada por Natxo González era la cuarta más joven, solo superada por el Sevilla Atlético, el Barcelona B y el Nástic de Tarragona, que en este mercado invernal ha apostado por jugadores experimentados para buscar la permanencia.

El proyecto zaragocista establecido por el actual director deportivo contempla un ascenso en dos años, aunque sin renunciar a la posibilidad, ya muy lejana, de lograrlo en la temporada actual. El Zaragoza no ha logrado ser en 25 jornadas ni consistente ni fiable y eso le ha alejado de la zona de promoción y de ascenso y le ha metido, por esa manifiesta irregularidad, en el pelotón de nueve equipos, situados ahora entre la plaza undécima (Albacete) y la decimonovena (Culural), que parecen destinados a sufrir por evitar ocupar una plaza de descenso que está muy reñida, salvo, claro está, que la progresión del Zaragoza sea magnífica en los próximos partidos.

De todas formas, la falta de regularidad del equipo no invita a pensar en ello. Así que con una plantilla tan joven toca remar para evitar un descenso que queda dicho sería una catástrofe deportiva para un club con la afición y la historia del Zaragoza, pero sobre todo económica.

En la plantilla (sin contar a Raí y Zalaya que no han debutado en Liga y juegan con el Aragón), con 25 o menos años están Delmás (22), Eguaras (25), Verdasca (21), Febas (22), Pombo (23), Borja (25), Ratón (25), Benito (25), Buff (25), Papu (22), Guti (21), Alain (24), Vinícius (24) y Lasure (23). Es decir, 14 futbolistas, más de la mitad del vestuario, con mucho futuro por delante, pero que en la mayoría de los casos no han vivido una situación tan complicada como la actual Además, muchos de ellos (al menos 8) tienen un peso importante en el equipo ahora.

En el lado opuesto, Gaizka Toquero, con 33 años y ahora lesionado, y Alberto Zapater, Mikel González y Cristian Álvarez, con 32, son los jugadores con mayor edad de la plantilla, los que pueden aportar un mayor poso en un momento complicado.

EL LIDERAZGO

Natxo, en una entrevista a este periódico el 25 de enero, decía que el vestuario no tenía un problema de liderazgo, aunque dejaba entrever que sí lo había en el campo. «Es verdad que hay momentos que nos está faltando ese liderazgo y hay jugadores que se les trajo para asumir ese rol. Lo están haciendo, pero una cosa es hacerlo en el día a día en el vestuario y otra asumirlo en el campo. A Mikel no lo estamos teniendo todo lo que queríamos, a Toquero tampoco…», señaló.

Toquero es baja desde el pasado 5 de enero y Mikel desde finales de diciembre, mientras que el liderazgo de Zapater es por lo que supone como ejemplo para el resto de la plantilla. Otro jugador importante en esa faceta es Javi Ros, aunque es obvio que este Zaragoza no anda sobrado de carácter y sí de juventud.