Hay deportistas que se pasan toda una vida trabajando en el extranjero y no aprenden ni a decir hola, hallo, bonjour o konichiwa en su estado de residencia. Mejoran su swing en el green pero es inviable verles pedir una de bravas y dos cañejas.

Kagawa no es de esos. Casi desde que llegó abrió los libros para descifrar esas nuevas frases, para poder expresarse e integrarse con sus compañeros entre iguales. Esas palabras empiezan a surgir al final de esta primavera. Florecen, como su fútbol, cada vez más inspirado.

El bueno de Shinji se lanzó ayer a chapurrear el castellano con el mismo acierto que mostró en el Anxo Carro. Espléndido. Fluido. Ganador. Con confianza. Y feliz.

El centrocampista japonés confirmó que las clases de español progresan adecuadamente, como su talento. En el campo está aprovechando la baja de Javier Puado para ser ese faro que se percibió tras su mediático fichaje. «No pudimos comenzar con victoria, pero era importante recuperarnos rápido, por eso la victoria en Lugo es muy positiva para nosotros», declaró sin titubeos en un vídeo difundido por el club después del entrenamiento.

Kagawa ha encontrado en esta reanudación de la Liga SmartBank una segunda puerta para adentrarse en esa gloria que le perseguía cuando llegó como una bomba. Su buena primera parte ante el Alcorcón, aunque Víctor Fernández decidiera mandarlo a la banqueta, y la confirmación que supuso su despliegue de sapiencia en Lugo, sitúan de regreso al internacional nipón como un referente del Zaragoza. Un retorno a esa versión de brillo y fama que ilusionó en las primeras jornadas, pero que se había apagado con Puado presente.

«¡Vamos!»

Esta nueva comodidad se percibe también en que se aventure a hablar en castellano. El mensaje en su lengua de adopción futbolística fue lo suficientemente elaborado como para lanzar a la afición un grito de optimismo de cara al importantísimo partido que este sábado se disputará ante el perseguidor Almería. «Prepararnos bien con todos para el partido en La Romareda. Luchemos para conseguir la victoria contra el Almería. Tenemos que ser fuertes mentalmente, prepararnos bien y seguir con confianza en nosotros mismos. Podemos conseguir nuestro objetivo», indicó el centrocampista, que nunca antes había vivido en un país con idioma romance. Alemania, Inglaterra y Turquía habían sido sus destinos anteriores en Europa. Cero en latín.

La ejecución del primer gol, aprovechando un rechace, fue de crack. Certera. No marcaba desde septiembre, ante el Extremadura. Lleva tres en Liga. Pero es que tampoco aguantaba más de setenta minutos en un partido de Liga desde noviembre. Demasiado. Quizá por eso, el Capitán Tsubasa , el Oliver del zaragocismo cerró su arenga quijotesca con un «¡Vamos!» de Nadal. Con el puño cerrado.