Las comparecencias de Lalo Arantegui suelen estar marcadas por la cuestión del ascenso. Ronda el asunto muchas veces sin palabra que lo concrete, o envuelto en capas de eufemismos que terminan por no esconder nada. El director deportivo ha procurado en esta temporada no nombrar la palabrita en cuestión, ya fuera por precaución o superchería, pero ya en febrero no evita hablar del objetivo. «Vamos a lograr el objetivo, yo estoy aquí para eso. No me trajeron para quedar con el Zaragoza en mitad de la tabla, pero hay que tener paciencia este año. A mí me toca refugiarme, escuchar y seguir confiando en lo que se está haciendo. No me cabe duda de que lo conseguiremos».

La primera explicación de Arantegui se diluye en parte en el desarrollo, cuando se quiere hablar más del futuro que del presente, pero sin negarle posibilidades al equipo actual. «Nosotros no regalamos ningún punto, tenemos una plantilla preparada para lo que tenga que venir en esta temporada y las siguientes». «¿Y para el playoff?», le insistieron. «El 2018 está dejando mejores sensaciones, pero no me quiero marcar un objetivo concreto. Todos queremos llegar al playoff, pero hemos iniciado un proyecto en el que el objetivo, esta temporada o la que viene, sea el ascenso, que por otro lado es el único objetivo que puede tener el Zaragoza».

El reto está en la regularidad, dice el director deportivo. Más parecería equilibrio. «Vamos a pelear este año seguro, pero las temporadas siguientes también. Excepto en dos partidos, hemos competido en todos los campos. Debemos tener esa sensación de saber que podemos ganarle a cualquiera y en cualquier situación. En todos los partidos tenemos opciones de llevarnos los tres puntos. Hay que alcanzar esa regularidad con la que, además de tener opciones, los consigamos», explicó Lalo, que pronto regresó al futuro: «Se ha quedado una plantilla preparada para crear una base para las siguientes temporadas, una mezcla de juventud y veteranía».

Los altibajos de la primera vuelta deberían desaparecer en el segundo tramo del campeonato a juicio del director deportivo. «Es una plantilla en crecimiento que esperamos que vaya a hacer una segunda vuelta mejor. No quiero que la media de edad sirva como excusa, pero nuestro equipo es más joven que el rival todas las jornadas». Quizá eso le pesó en los dos batacazos más sonoros de la temporada, en Huesca y Almería. «Fue inesperado, primero porque era un derbi y en Almería porque estábamos valorando un punto de inflexión. Debemos saber afrontar los partidos. En Segunda, si sales dormido los primeros 20 minutos, te pasa factura contra cualquiera. Hay que tener una estabilidad, no sacar pecho por ganar dos partidos y no hundirte por perder uno», dijo Lalo, una idea en la que insistió: «No hemos hecho absolutamente nada, hemos ganado un partido. No hay que aspirar en pensar ahora en que vamos a subir. No nos tenemos que pensar que ya somos alguien por ganar un partido. No somos nada. Tenemos que ir con la bandera de la humildad por mucho nombre que tenga el club».

LA CANTERA Y WILK

Arantegui, que admitió que la temporada estaba siendo tan dura como esperaba personalmente, recordó las particularidades del club, «que no es como los demás en Segunda», y la idiosincrasia del pueblo aragonés: «Somos muy exigentes y estamos muy hartos de estar en Segunda, donde no podemos trabajar con las mismas armas que los demás». Hay otras, en este caso representadas en los futbolistas de la cantera. «No tenemos las armas que tienen otros, pero sí un fútbol base como el de Zaragoza. Ahí somos de lo mejor de España. Tenemos que tener cierta paciencia con estos chicos, pero no están para completar la plantilla. En su trayectoria han destacado y por eso están. Vienen más, hay que esperarlos y darles su momento. No han llegado por casualidad y demuestran que aquí no se puede dormir nadie. No se juega por los años, ni por el currículum, ni por el sueldo».

Por último, Arantegui habló sobre Wilk, que debe decidir si continúa en el fútbol. «Siempre ha tenido su dorsal, va progresando con su rodilla, tiene el alta médica y se le puede considerar un chico convocado o no. Si él se ve bien, será un jugador más. Ojalá pudiera jugar algún partido con nosotros antes de que acabe el año. Va a intentar competir. Si no, tendrá que parar».