Se puede poner el adjetivo negativo que se quiera. Cualquiera vale. El Zaragoza perpetró un partido en Mallorca y salió con un sonrojante baño de tres goles que Cristian Álvarez evitó que fueran varios más. El equipo de Víctor Fernández llegó a la isla con la idea de sumar un punto, con una apuesta rácana de salida, impropia del técnico zaragozano, de su ideario futbolístico, y se marchó goleado. Hasta la segunda amarilla, injusta, a Nieto, el Zaragoza fue inferior y mereció perder, aunque estaba en el partido con una desventaja mínima y parecía despertar. Después, en los últimos 20 minutos, fue absolutamente vergonzoso.

La derrota confirma que la temporada es para olvidar, que hay que firmar cuanto antes la salvación matemática y mirar al futuro, de obligados cambios. El Zaragoza, con cuatro puntos de renta, apunta a sellar su salvación en La Romareda, porque fuera se ha caído, con tres derrotas seguidas y con una imagen cada vez más lánguida. El duelo ante un Nástic casi desahuciado el próximo lunes se antoja, y es, vital para este equipo lleno de sombras, débil físicamente con casi un lesionado por partido y aún más flojo de carácter y mentalidad. Nada queda ya de la reacción con Víctor.

Apostó el técnico por reforzar la medular con la entrada de Javi Ros, que se juntó con Eguaras para que Pep Biel y James ocuparan las bandas y Pombo fuera el enganche con Linares. Con un 4-4-2 y sin la magia de Soro, el Zaragoza apuntaba a una idea clara por aguantar el partido, por tratar de contener al Mallorca y esa sensación se convirtió en la puesta en escena, que enseguida dibujó a un equipo sin ritmo ofensivo, un alma en pena, y sin apenas argumentos en ataque.

El Mallorca tomó el balón y empezó a amenazar por la banda de Lago Júnior y Estupiñán, mientras el Zaragoza se sostenía en la solvencia de Guitián, con una tremenda pelea para sujetar a Budimir y en la que apenas pudo ayudar Dorado, que se marchó lesionado para que Álex Muñoz, tras más de dos meses sin jugar y con una máscara por su fractura de mandíbula, ocupara su lugar y la zaga saliera muy perjudicada de ese relevo de guardia.

La primera parte fue ya mala para el Zaragoza, que apenas si se dejó notar en Son Moix. Eguaras y Pep Biel ni aparecían, Ros lo hacía poco y Linares peleaba entre gigantes con nulo provecho. Mientras, Pombo se empecinaba casi siempre en elegir mal. Tras un remate al que no llegó por poco Lago Junior se dio la única amenaza zaragocista en una jugada iniciada en Ros que Delmás dibujó para el remate de Pombo, centrado y sin peligro.

El Mallorca respondió con un remate de Budimir, todo un incordio, que Cristian despejó y otro de Estupiñán, que también tuvo la respuesta del argentino. El equipo balear buscaba aprovechar el flanco derecho zaragocista, con los intentos de Lago Junior y Estupiñán, mientras que el Zaragoza daba una preocupante sensación de incapacidad ofensiva que convertía a Reina en un espectador. Budimir no pudo aprovechar un pase de Lago Junior y el Zaragoza, que firmaba las tablas al descanso, se encontró con un gol en la prolongación, en los dos minutos que dio el árbitro. Lago Júnior, el mejor del partido, mandó un balón cruzado que Raíllo cabeceó a placer tras el erróneo paso adelante dado por Álex Muñoz y mientras los jugadores zaragocistas ya miraban más al reloj y al vestuario que al fútbol. Sí, la desaplicación tan conocida y habitual en este curso.

El Zaragoza adelantó las líneas y la presión tras el descanso y el cambio le sentó bien. Se igualó el pleito, aunque el Mallorca amenazaba más, con mayor mordiente y agresividad. Lo hicieron Dani, con respuesta de Cristian, y Baba, pero también Eguaras tras un tiro que dio en Valjent. El Zaragoza robaba bien el balón, pero le faltaba velocidad para sorprender después al Mallorca. Para eso salió Soro, demasiado frío, mientras que Guitián le quitó un gol a Budimir ante Cristian.

NAUFRAGIO FINAL

Víctor se la jugó con la carta de Álvaro, con un 4-2-3-1 con el punta en banda y Soro de enganche. Un remate del Lobo de volea fue la antesala de la injusta expulsión de Nieto que dejó el pie y Sastre provocó la segunda amarilla. Era el minuto 73 y después llegó el naufragio. Con James de improvisado lateral, el Zaragoza se descosió y se fue del partido, en una postura inadmisible. Abdón Prats fusiló a Cristian a pase de Salva Sevilla, con el error de Guitián y Álex Muñoz, y Aridai, en posición dudosa, aprovechó para hacer el tercero en el único fallo del meta argentino. Soichkov aún tuvo dos ocasiones claras más y el Zaragoza solo quería que el árbitro pitara. Lo hizo con el sonrojo que provoca la peor goleada liguera.

Real Mallorca, 3: Reina, Joan Sastre, Valjent, Raíllo, Pervis Estupiñán. Baba, Salva Sevilla, Dani Rodríguez ( Stoichkov, m.83), Leo Suárez (Aridai, m.59), Lago Junior, Budimir (Abdón Prats, m.72).

Real Zaragoza, 0: Cristian Álvarez, Delmás, Guitián, Dorado (Álex Muñoz, m.16), Nieto, Eguaras, James Igbekeme, Javi Ros (Álvaro Vázquez, m.67), Pep Biel, Pombo (Soro, m.58), Linares.

Goles: 1-0,m. 45+2: Raíllo, de cabeza. 2-0, m.77: Abdón Prats, de fuerte disparo. 3-0, m.82: Aridai, a pase de Lago Junior

Árbitro: De la Fuente Ramos (2). Colegio Castellano-Manchego.

Tarjetas: Roja a Nieto por doble amonestación (m.73). Amonestó a Burimir y Sastre por el Mallorca y a Eguaras en el Zaragoza.

Incidencias: 7. 837 espectadores.