—¿Cómo llega el Huesca al derbi aragonés del sábado?

—Llega con una tremenda ilusión, pero a la vez con la lógica preocupación de que estamos en una posición en la que, si hubiéramos ganado los últimos dos partidos, estaríamos en promoción. Como no hemos sido capaces de ganarlos, si pierdes contra el Zaragoza, son tres puntos menos, pero dejando aparte que sea contra el Zaragoza. Simplemente es un partido que tiene morbo porque somos los dos mejores equipos de Aragón.

—Antes de Navidades los dos equipos estaban bien, ¿ve a alguno ahora más favorito que otro para el encuentro?

—Hay muchísima igualdad. Si hablásemos de hace unos años, cuando estábamos acostumbrado a que viniese a jugar partidos amistosos a Huesca, el favorito sería el Zaragoza. Hoy por hoy, si tuviera que apostar por algún equipo, sería el Huesca. Es la grandeza que tiene este deporte y las cosas bien hechas, aunque hablo como aficionado al fútbol de toda la vida más que como presidente del Huesca.

—A veces el Huesca ha llegado mejor a los derbis que el Real Zaragoza, pero no logra ganarle.

—Es cierto. Se han dado una serie de circunstancias deportivas, como que el año pasado jugamos con un hombre menos. Creo que el Zaragoza vino mejor que esta temporada ya que son muchos problemas acumulados los que tienen encima. Me da la impresión de que los jugadores del Zaragoza están jugando con una mochila de piedras sobre la espalda. Al margen de los errores o los aciertos, el Huesca ha hecho unos buenos partidos siempre, pero el Zaragoza tenía esos jugadores que marcaban la diferencia. Es como cuando juegas contra el Madrid o el Barcelona, que tienes que estar al 120% permanentemente y, con un fallo que tenías, te ganaban. Y eso pasaba antes con el Zaragoza.

—¿Qué equipo está más necesitado de puntos?

—El Zaragoza, porque todo lo que no sea ascender está mal hecho y el Huesca está en una posición envidiable. Estos años atrás el equipo estaba rozando los últimos puestos, pero somos lo que somos y venimos de donde venimos. El Zaragoza tiene mucho más que perder que ganar. De hecho, pienso que con el 70% de jugadores del Huesca y el 30% del Zaragoza, el equipo podría competir por ser campeón. Al revés, el 30% del Huesca y el 70% del Zaragoza, creo que se haría un equipo de mitad de tabla. No veo tanta diferencia entre ambos equipos. Aquí hay chicos firmados de Segunda B, como por ejemplo Valentín, que jugaba en el filial de Las Palmas y lo acabamos de traspasar al Zaragoza. Fran Mérida estaba entrenando en el Prat y lo traspasamos en verano al Osasuna. Algo tiene el Huesca y algo les contaremos que los jugadores vienen y, además, rinden.

—¿Le parece que hay más rivalidad de Huesca hacia Zaragoza o de Zaragoza hacia Huesca?

—Creo que viene dado por la grandeza de las ciudades. Como siempre digo, en Huesca hay alguno que no quieres ver y te lo cruzas siete veces. Eso en Zaragoza no pasa. Sinceramente, noto esta semana parecida a otras. La gente pregunta pero por la situación del Huesca, no dicen ‘tenemos que ganar al Zaragoza porque es Zaragoza’. De hecho, voy mucho a Zaragoza y ves realmente que hay un sentimiento de gran preocupación, porque se habla de lo mal que va el equipo o de que no hay equipo para ascender. Es una realidad que está en la calle. En Huesca el tema es salvarnos y poder disfrutar de este sueño tan bonito que es la Segunda División.

—¿Entiende a aquellos que se alegran por las derrotas del equipo contrario?

—Eso es inevitable, pero son aficionados, forofos, lo que te da el fútbol. Con la mano en el corazón y siendo realistas, lo mejor para el Huesca sería que el Zaragoza eliminase sus cargas económicas, subiese a Primera, jugase la Champions y que, como ha ocurrido en otras épocas más doradas del Zaragoza, nos pudiera ceder futbolistas y jugar amistosos. Si hay que firmar eso, lo firmaría ya. Deseo todos los éxitos para el Zaragoza y que nos pudieran ayudar, porque lo demás es ir contracorriente. Ha ganado la Recopa, es la quinta ciudad española, ha jugado en Europa… Ahora le ha tocado vivir momentos malos porque se han hecho las cosas mal. Eso sí, el Huesca en Segunda División está muy bien situado en cuanto a gestión y templanza, y podríamos algún año dar la sorpresa. Aquí reina el sentido común y no se gasta más de lo debido. Igual algún año damos un pasito hacia delante y podemos conseguir una pequeña hazaña como jugar una promoción o subir a Primera.

—¿Le parecen ajustados los precios de las entradas para el derbi aragonés?

—Aquí tiene premio el socio, que es al que verdaderamente le debemos pleitesía. El oportunista que viene una vez al fútbol a La Romareda a ver al Huesca o a El Alcoraz a ver el derbi, es obvio que debe tener un precio ajustado. El Huesca es el club de Segunda División con precios más acordes. Además, un tercio del campo lo ponemos a disposición del Zaragoza, cuando podríamos decir que en el estadio solo entra gente de Huesca, pero no lo vamos a hacer porque hay que tener deferencia y cordialidad.

—¿En qué punto están las relaciones entre ambos clubs?

—Bien, bien. Me gustaría que el Zaragoza tuviera muchos éxitos, sobre todo por Christian Lapetra, porque beso por donde pisa su padre. Carlos me ayudó muchísimo cuando tenía 16 o 17 años cuando era directivo del Huesca. Me enseñó a tirar faltas, a golpear el balón y todavía me acuerdo de muchos consejos suyos que trato de trasladar a la gente joven. Ahora hay gente que ha dado un paso al frente en el Zaragoza y que se merece un respeto. Han puesto templanza y tienen más a perder que a ganar, porque es una plaza complicada. Para coger ese miura con más de 100 millones de euros de carga hay que tenerlos cuadrados.

—Fruto de esas relaciones, Valentín llegó al Zaragoza desde el Huesca, ¿le sorprendió que se interesasen?

—Sí, recibimos una llamada del Zaragoza en la que se interesaba por Valentín. Consultamos al entrenador para ver si había posibilidad o si era un perjuicio para el equipo y nos dijo que no, que lo tenía cubierto con otros jugadores y decidimos facilitar su salida. Hicimos un contrato satisfactorio para nosotros, el Zaragoza lo vio bien y se hizo rápido. Fíjese lo que ha cambiado la película. Cuando lo normal era que el Huesca le pidiese al Zaragoza un jugador para que nos ayudase, ahora ha sido al revés.

—¿Qué pasó este verano para que no se jugara el tradicional partido de pretemporada?

—Sería un problema puntual. De hecho, en las negociaciones por Valentín, el Zaragoza está obligado a venir a una serie de partidos amistosos.

—El Huesca ha crecido tanto en los últimos tiempos que, algún día, podría luchar por la promoción de ascenso.

—No quiero que se diga que Agustín Lasaosa ha dicho que el Huesca va a ascender a Primera, porque eso no lo he dicho. El Huesca, a lo mejor, dentro de unas temporadas, podría estar en posibilidades de conseguir ese objetivo porque tiene una buena raíz, cosa que otros no tienen, como desgraciadamente el Zaragoza por la deuda. El Huesca no tiene una varita mágica, ingresa cinco y gasta cuatro. Ese uno que sobra, lo tenemos guardado en el granero y lo gastamos si bajamos a Segunda B para intentar ascender. Ahora mismo tenemos dos campos para entrenar, vamos a efectuar unas obras para terminar la tribuna de El Alcoraz, hay un proyecto para hacer un nuevo palco y remodelar los banquillos, queremos cubrir el Gol Norte y hemos pedido presupuestos para hacer poner calefacción en los partidos como ha hecho el Numancia. Hace quince años estábamos en Tercera o malviviendo por Segunda B y ahora hemos recibido al Zaragoza, a la Real Sociedad, al Betis, al Barcelona o al Villarreal. Es un sueño o milagro, pero detrás hay muchísimas horas de trabajo y las cosas bien hechas. Además, creo que en Aragón ya se reconoce la labor del Huesca. Creo que el club da más a Aragón de lo que recibe.

—¿Sorprende en Huesca que la Fundación haya acertado en el apartado económico pero no en el deportivo?

—Es cierto que no se ha acertado, es una gran verdad, no voy a ser yo quien diga que el Zaragoza tiene un equipazo y que debería estar por encima del Levante. Al final, en algún fichaje siempre te equivocas. Lo que sí que creo es que hay mejores plantillas que la del Zaragoza, no ha acertado con los fichajes. También le digo que si los jugadores que han firmado estuviesen en otro club, estoy convencido que su rendimiento individual sería mejor porque ahí tienen la obligación de ganar. Si a un futbolista le das a elegir entre el Huesca, el Lugo por ejemplo y el Zaragoza, se va de cabeza al Zaragoza, pero hay que saber jugar con ese escudo, esa camiseta y esos 25.000 que te aplauden o que te silban. Hay jugadores en el Zaragoza que, o bien los entrenadores no han sabido convencerles con su discurso, o desde los despachos no se ha acertado con los nombres. Tienen buenos futbolistas pero faltos de carácter.

—Este año se ha dado un paso adelante en el plano deportivo, porque se ha pasado de traer jugadores cedidos a tenerlos en propiedad y firmados por varias temporadas.

—Sí, Petón y yo cuando volvimos a Segunda, hablamos de que debíamos mejorar nuestros compañeros de viaje, la gente que había en el club. Hubo malentendidos y se fueron Raúl Ojeda y Luis Helguera, cuando lo que pretendíamos era que se incorporasen a su lado otras personas. El Huesca es un equipo de trabajo, vino Lalo Arantegui de director deportivo y cambió la filosofía. Nos ha ayudado, nos ha librado de mucho trabajo y hemos abierto nuevos horizontes. No buscamos tanto a los jugadores cedidos, aunque no vas a decir que no a un equipo grande como, por ejemplo, el Valencia con Vinícius. Tenemos jugadores en propiedad y vamos haciendo algunas negociaciones. El Huesca ha sacado muchísimo dinero para lo que es el Huesca. Hemos vendido a Fran Mérida y acabamos de hacer lo de Jesús Valentín. Luego la pelota entra o no entra, pero haciendo las cosas bien, entra más que sale.

—¿El Zaragoza ha pagado mucho por Valentín?

—No voy a desvelar cifras porque no es nuestra forma de trabajar, pero han sido unas cantidades satisfactorias. También están basadas en objetivos y hemos retomado el tradicional amistoso de pretemporada, que creo que es una obligación moral por parte de los dos porque es histórico. De niño, mis padres me llevaban a San Jorge y eso no se debería perder.

—El sábado supongo que espera deportividad en el campo y en la grada.

—Por supuesto, sería lamentable y deleznable que hubiera algún incidente el sábado. Lo más bonito es que sea una fiesta del fútbol, aunque sea un tópico que se repite mucho, que gane el mejor, que espero que sea el Huesca y después, soy un zaragocista más como he dejado claro antes.