—Cómo se está encontrando en su cesión al Tenerife. Ha jugado en tres partidos de Liga y en uno de Copa. No es demasiado...

—Me ha costado un poco deportivamente por las condiciones físicas en las que vine, he ido de menos a más en la adaptación a un sitio nuevo donde sé que voy a estar poco tiempo y aún no tuve la oportunidad de tener continuidad. Venía de haber jugado poco esta temporada y el rimo de competición cuesta cogerlo y además hay que añadir que llegaba de una lesión en el aductor derecho, de la que estaba casi recuperado, pero implicaba un pequeño periodo de readaptación y eso lo ha dificultado un poco.

—Llama la atención que esté jugando en el Tenerife como lateral izquierdo Álex Muñoz, que es un central. ¿Cómo lo explica?

—Es una decisión que tengo que aceptar y luchar por cambiarla. Debo esperar mi momento tras llegar en esa condiciones algo adversas y además la dinámica del equipo ha sido buena, porque hemos hecho un gran mes. Mientras sea por ganar todo, bienvenido sea.

—¿Por qué decide salir cedido?

—El club no me dijo que me buscara una salida, fue más iniciativa mía y de mi entorno buscando otra situación, recuperar sensaciones y tratar de encontrarme de nuevo.

—Buscando el nivel de aquel Lasure de la segunda vuelta de la temporada 17-18, con Natxo González en el banquillo. ¿Por qué cree que no ha vuelto a esa versión?

—Bueno, también es cierto que en la primera vuelta de la temporada pasada, aunque no a nivel grupal, sí tuve buenas sensaciones a nivel individual. Creo que la clave fue una lesión a mediados de febrero del año pasado, ya que me hizo perderme varios partidos y perder así la continuidad. Y, si no estás al 100% físicamente, es imposible dar la mejor versión, pasé a jugar menos minutos y todo se hizo más complejo.

—En el verano del 2018 tras aquella temporada tuvo una buena oferta del Eibar el último día de mercado. Implicaba un gran salto para usted y jugar en Primera, pero el Zaragoza la rechazó. ¿Aún le queda el sabor de lo que pudo ser y no fue?

—Es pasado y poco o nada me aporta pensar lo que pudo ser. Es que además da exactamente igual. Si quieres ser feliz no puedes estar anhelando recuerdos, sino que tienes que vivir el presente y prepararte para el futuro.

—Víctor Fernández ha apostado casi desde que llegó al banquillo muy fuerte por Nieto como lateral. ¿Le explicó los motivos de esa decisión tan firme y de que apenas contara con usted?

—Cada entrenador tiene sus gustos, a mí no me explicó nada y no hacía falta que lo hiciera. No deja de ser la opinión de una persona que prefiere a otro jugador y hay que asumirlo con naturalidad. Es lo que hay y por supuesto que no existe ningún reproche, es el entrenador, tiene que decidir y lo hace pensando qué es lo mejor para él y para el equipo.

—¿Cómo se toma estos seis meses de cesión en el Tenerife?

—La idea principal es intentar tomar un aire nuevo para coger impulso y vivir una experiencia que me dé una perspectiva distinta, pero sobre todo para impulsarme y coger fuerzas para volver mejor al Zaragoza.

—Se trata de recuperar el mejor Lasure, ¿no?

—Sí, confío mucho en mí y sé sin duda que recuperaré mi mejor versión. Es más, creo que la mejor versión de Lasure aún está por verse. Volveré a estar tope.

—El club no lo ha hecho oficial, pero ha fichado a Pep Chavarría, lateral izquierdo del Olot. Y tanto usted como Nieto tienen contrato, pero entonces serían hasta tres laterales. ¿Se ve seguro la próxima temporada en la plantilla del Zaragoza?

—Yo no tengo ni idea de si voy a estar seguro o no la próxima temporada. Mi deseo está claro, quiero jugar en el Zaragoza de todas todas y hacerlo en las mejores condiciones. Esa es mi máxima ilusión. Lo que ya no dependa de mí no me voy a dar mal. Mi ilusión es esa, si después el club decide otra cosa pues ya se verá todo cómo sucede.

—¿Hay alguna opción de que pueda seguir en el Tenerife la próxima temporada?

—No está fácil por cómo estamos clasificados, pero en caso de ascenso del Tenerife sí tiene una opción de compra. No sé hasta qué punto es negociable y en qué condiciones, pero sí existe esa pequeña opción.

—El Zaragoza tiene que ir allí el 3 de mayo. ¿Hay 'cláusula del miedo' para que no juegue?

—Sí, yo no puedo jugar, hay una cláusula.

—¿Cómo ve al Zaragoza?

—Buff... con mucha ilusión y muchos nervios. Están en una dinámica ganadora, muy lanzados. Es una maravilla verlos desde fuera y noto esa ilusión. Desde la distancia me sigo poniendo tan nervioso, pero estoy disfrutando viendo cómo vamos ganando partidos y sumando puntos.

—¿El Zaragoza es favorito para subir ahora mismo?

—Por dinámica y por resultados está claro que sí y además para mí siempre lo es. Y es evidente que ahora los equipos de arriba están fallando más y el Zaragoza ha tenido más regularidad, está siendo más fiable. Ese espíritu ganador y competitivo que ha adquirido el equipo es muy importante, pero hay que estar preparado para todo, porque en cualquier momento llegan curvas y te puedes venir abajo.

—Hace dos años ya el equipo se quedó a las puertas tras una gran segunda vuelta y fue eliminado después en los ‘playoffs’ por el Numancia.

—Debe servir de experiencia, ya nos dimos ese palo y a nadie le gustaría repetirlo. Es clave mantener la humildad, porque esto aún es largo y puedes patinar. El trabajo se está plasmando en resultados, pero la prudencia tiene que estar muy presente.

—¿Qué le llega de dentro de ese vestuario?

—Hablo mucho con Delmás, Guti y Zapater y lo que palpo es que se respira el buen aire de cuando las cosas funcionan.

—¿Volverá a jugar esta temporada Zapater?

—Ojalá pueda estar en este tramo final porque se lo merece, ya que cuando sufres tanto por lo que quieres y te esfuerzas de esa manera la recompensa tiene que llegar. Me encantaría verle ayudando en ese ascenso y sé que sería una alegría inmensa para él.

—¿Y usted, desde la distancia, cómo se sentirá si llega el ascenso a Primera?

—Me siento totalmente partícipe de ese equipo, lo vivo en primera persona porque he estado media temporada allí, porque están mis compañeros y porque soy parte de ese vestuario. Y a eso se le añaden mis años en el club y mi pasión zaragocista desde pequeñito. Verlo desde la distancia hace que se sufra algo más, pero también lo ves de forma más fría que si estás metido en la dinámica, en el día a día del equipo. Es una visión diferente que cuesta más cuando has estado tanto tiempo en el club.

—¿Ha pensado en cómo lo celebraría si llegara ese ascenso a Primera División?

—En mi cabeza siempre ha estado vivirlo desde dentro, es decir allí, en ese vestuario. Me imaginaba celebrándolo en el autobús, recorriendo Zaragoza, con gente en las calles y en la Plaza del Pilar. Son los recuerdos que tengo de otras situaciones cuando el Zaragoza era campeón. Ahora estoy fuera y no sé cómo lo viviría. Obviamente me alegraré una barbaridad y lo intentaré disfrutar cuando esté en Zaragoza.

—Un poco de envidia sana tendrá si llega el día…

—No, envidia no tendré. Alegría sana, solo eso. La felicidad sería inmensa por mí y por mis compañeros y mi gente. Ojalá se dé, porque ya son muchos años en Segunda y este club por historia y por la gente merece estar en la élite.