La competición, según el plan elaborado por LaLiga, la Federación Española y el Consejo Superior de Deportes, volverá en junio y el aroma, la primera toma de contacto en forma de entrenamientos, será en la primera quincena de mayo. Todo siempre y cuando la pandemia y las autoridades sanitarias lo permitan. El fútbol no será ajeno a la mejoría de la situación en España, aunque a día de hoy el futuro siga siendo oscuro ante los números de fallecidos diarios y de nuevos contagios. A pesar de ello, el Gobierno está ya hablando de la desescalada y de la paulatina vuelta a cierta normalidad. No como antes, pero sí que las duras medidas llevadas a cabo se vayan ablandando.

Hasta ahora, tanto LaLiga como la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) han hecho la guerra por su cuenta, pero ambos organismos se reunieron el pasado sábado en el Palacio de Viana de Madrid con el Consejo Superior de Deportes (CSD), que actuó de mediador a través de Irene Lozano, y puso orden entre Javier Tebas y Luis Rubiales para, de una vez, llegar a un punto en común, a un entendimiento que parece que al fin que ha llegado.

Según el comunicado del CSD, Lozano, Tebas y Rubiales, que estuvieron reunidos «durante más de ocho horas de forma abierta y honesta, alcanzaron «un acuerdo de principio que recoge los principales aspectos que afectan al fútbol español en el contexto de la crisis sanitaria», aunque sin precisar ni ahondar en el tema.

«El CSD quiere agradecer especialmente a LaLiga y a la RFEF su generosidad y su voluntad de alcanzar acuerdos, así como de seguir trabajando en el corto, medio y largo plazo para diseñar el futuro del fútbol español tras la pandemia», añade el escrito, en el que agradece al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación haber acogido «esta importante reunión», expuso el organismo.

El plan para el regreso del fútbol profesional español, es decir, Primera y Segunda División, contempla, según adelantó Tiempo de Juego de la Cope, empezar los entrenamientos el 4 u 11 de mayo, un periodo de cinco semanas a modo de pretemporada tras este parón y empezar a jugar en junio, aunque el punto inicial no está claro. El final, de todos modos, será el 31 de julio.

A expensas del Gobierno

Ese es grosso modo el plan que tienen RFEF, LaLiga y CSD para la vuelta del fútbol profesional, pero todo está a expensas del Gobierno, ya que es necesario que el Comité Científico autorice a los deportistas profesionales como sector que necesita movilidad para ejercer su trabajo.

Una vez que se dé el visto bueno, el plan se divide en varias fases que se articulan bajo el protocolo que LaLiga remitió a los clubs y que comienza por un primer periodo en el que se pueda entrenar, pero de forma individual y con medidas como ducharse en casa en lugar de en los lugares de entrenamiento. Ese primer paso comenzaría, si el plan no se tuerce, el 4 u 11 de mayo. En el primer caso, todavía dentro del estado de alarma y, en el segundo, todavía no se sabe ya que será decisión del Ejecutivo.

Desde el inicio de los entrenamientos se estima que habrá un periodo de cinco semanas hasta el primer partido, a modo de pretemporada, en el que de forma paulatina se irá retomando el contacto entre compañeros y cuerpo técnico hasta juntarse en la última semana antes de jugar. Además, el protocolo contempla la realización de test a los equipos, al menos tres por persona.

Dependiendo de la evolución de la epidemia en España se contemplan varios escenarios de cara a la elaboración del calendario, contando que el 31 de julio deben acabar las Ligas para que, en agosto, finalicen las competiciones europeas. En el más optimista se empezaría a jugar el 6-7 de junio y habría ocho partidos en fin de semana y tres entre semana. En el más pesimista se empezaría el 27-28 de junio, que es la fecha tope para poder acabar el 31 de julio. En ese caso se jugaría cada 72 horas.

Algunas incógnitas

Tanto en Primera como en Segunda División restan once jornadas por disputarse, por lo que el calendario sería igual ya que no habrá partidos internacionales ni competiciones europeas, aunque quedan por resolver algunas dudas, como qué sucederá en caso de que haya positivos en los equipos o qué criterio se seguirá para ascensos o descensos en caso de tener que volver a parar la competición.

También se da por hecho que se impedirán, de forma generalizada en el país los eventos masivos durante algunos meses, por lo que los duelos serán a puerta cerrada, mientras que queda pendiente qué sistema se utilizará para el playoff de ascenso a Primera, una promoción que actualmente disputaría el Huesca y que, dependiendo cómo fuera la Liga, podría jugar el Real Zaragoza, así como qué pasará con los jugadores cuyos contratos finalizan el 30 de junio y cómo se articula legalmente una prórroga de los mismos.

De todos modos, la idea es acabar el 31 de julio para, inmediatamente, jugar las competiciones europeas, que se disputarían de forma íntegra durante el mes de agosto. La final de la Europa League sería el 27 de agosto y la de la Champions, el 29. La final de la Copa entre el Athletic y la Real se disputaría el 5 de agosto y el comienzo de la Liga 20-21 quedaría fijado para el 12 de septiembre, por lo que quedaría un margen para el mercado de fichajes.