Parco en palabras y sin querer marcarse retos más allá de ayudar al Zaragoza en esa carrera por volver a la élite, en su octavo intento que va a empezar, y en la que los goles del ariete cedido por el Celta se presumen vitales. Así ha arribado Gabriel 'Toro' Fernández al equipo blanquillo. “Me gustó el club, el ambiente que genera el estar en Segunda y poder subir a Primera, es un desafío muy lindo y esa fue una de las primeras cosas que pensé”, aseguró el delantero uruguayo, el octavo refuerzo de esta pretemporada y que eligió la vía zaragocista tras tener un pacto muy adelantado con el Rayo Vallecano en el que no se pusieron de acuerdo los clubs, algo que sí logró el Zaragoza, vencedor en una carrera en la que también estaban Tenerife o Las Palmas.

Tras una temporada dura en el Celta, el 'Toro', que ya se ha entrenado con sus compañeros esta mañana en la Ciudad Deportiva, llega para demostrar su nivel, baja un escalón de categoría, pero acude al rescate de un equipo de máxima exigencia y él, a sus 26 años, quiere demostrar que está preparado. “El primer reto es ayudar a mis compañeros, al club, con la idea de que nos vaya muy bien a todos. Vengo a aportar mi granito de arena en donde me toque”, sentenció el futbolista, cedido sin opción de compra en una operación en la que el Zaragoza se hace cargo de alrededor de la mitad de la ficha del punta, unos 400.000 euros

“Me lo comentaron y no dudé en decir que sí, sabía que podía ser clave para mí venir aquí”, aseveró con convicción, la misma que muestra en el área, donde es un 9 clásico, una referencia que destaca por su poderío físico y su capacidad para el remate. Ese instinto rematador y su capacidad para ir al choque, con sus 1,86 metros, son sus mejores virtudes. Aquí llega para tratar de hacer olvidar a Luis Suárez, a esos 19 goles que marcó el ahora delantero del Watford el curso pasado y al que tanto se echó de menos en la promoción de ascenso. Sin embargo, Gabriel no quiso marcarse ninguna cifra por adelantado. “No tengo ese reto, ni ninguna meta, todos los goles que se den bienvenidos sean”, indicó. En su mejor año en el Peñarol, en la 17-18, firmó 13 dianas en 36 partidos, pero el curso pasado en el Celta solo anotó una en 20 citas, aunque solo disputó 554 minutos, la mayoría saliendo desde el banquillo. Ahora, quiere resarcirse en el equipo zaragocista, recuperar el cartel que le señalaba como el heredero de Maxi Gómez y que hizo que el club vigués pagara 3,5 millones por su fichaje.

En la historia del Zaragoza será el undécimo uruguayo que vista esta camiseta, algunos tan ilustres como Rubén Sosa o Poyet. “Voy a ir poco a poco conociendo más de su historia y del club. Tengo muy claro que es un equipo que lucha en todo momento”, dijo el 'Toro', que tampoco ha tenido tiempo en cambiar aún muchas impresiones con Baraja: “Hablé muy poco con el técnico, pero conforme pasen los días lo haré más”.

Tras darle bienvenida Lalo Arantegui, director deportivo, a un “delantero que no necesita presentación” y agradecer la predisposición del Celta y del Zaragoza, Gabriel insistió en que puede jugar como única referencia arriba o con otro delantero de distinto perfil por detrás, en un 4-4-2 que es el esquema de cabecera de Baraja. “Me gusta hacerlo y me siento cómodo en las dos posiciones. El técnico pide mucho trabajo en la presión y si vamos todos a presionar es obvio que yo también”, auguró.

Un vestuario humilde

Se ha encontrado en el vestuario un “grupo que quiere competir, que es muy humilde y que me trató muy bien”. Pero la competitividad solo es una virtud indispensable, el Zaragoza necesita ganar y, sobre todo, necesita subir, volver a la élite tras demasiado tiempo en la categoría de plata, desde el 2013 nada menos. “Para mí el ascenso no es una presión, es más una motivación para el club y para todos. Espero que nos vaya muy bien a todos”, sentenció. Si a él le va bien, si en el Zaragoza recupera el olfato goleador que exhibió en Peñarol y se convierte en un delantero diferencial en Segunda la noticia para el equipo será magnífica.